Basada en una historia de 1890, esta película lleva al espectador al corazón de la selva con todo el realismo que la tecnología de hoy permite.
Hay historias que nunca mueren. A pesar de que constantemente se busca agregar, y a veces encontrar, crítica social en los relatos de entretenimiento, han prevalecido a través del tiempo algunas narraciones más simples y directas. Las historias de aventuras, tanto en los mitos y folclore como otras más recientes (el trabajo de Tolkien, por ejemplo), suelen acompañar a generaciones enteras desde la cuna. Por suerte, para algunos perezosos, en los últimos casi 100 años y con la ayuda del cine y su tecnología, ya no hace falta leer 368 páginas para conocer los relatos que fascinan a todo el mundo desde la infancia.
En una remota selva de India hay una manada de lobos que alberga a un ‘cachorro humano’ desde bebé, Mowgli. Cuando Shere Khan, un tigre que odia al hombre, se entera de su existencia, amenaza con matarlo. Para evitar esto, Bagheera, una pantera muy amiga de la manada, se ofrece a llevarlo a la aldea humana más cercana. En el camino se encontrarán con muchos animales y sus diferentes e interesantes personalidades, entre ellos Baloo, un oso y Kaa, una pitón.
La remake live-action de El Libro de la Selva había sido ya anunciada en 2013. De a poco fue confirmándose el elenco de actores que pondrían las voces a los personajes y el estilo general de la película. Con antecedentes importantes como Un Viaje Extraordinario (Life of Pi, 2012) en cuanto a animales hechos con CGI, el equipo de Disney decidió remover el factor caricatura que tanto caracteriza su mundo animado y apostar por un escenario más realista. Es por esto que, a pesar de que las caras de los actores pueden percibirse a través de sus máscaras peludas, es un efecto muy restringido para no crear extrañamiento en el público.
La banda sonora de la versión animada de 1967 marcó la vida de muchos, además de ser sumamente pegadiza. El trabajo de musicalización es impresionante y las nuevas interpretaciones de las canciones originales inducen fuertemente a la nostalgia. El disco estará disponible a partir del 15 de abril.
Si bien el elenco es de actores y no actores de voz, todos han tenido por lo menos una experiencia aportando su voz a algún personaje. Ninguno desentonó, ya que hicieron un excelentísimo trabajo. Tanto Bill Murray en su papel de oso holgazán como Ben Kingsley representando a la voz de la razón son un genial acompañamiento para Neel Sethi, el joven actor novato que aún siéndolo hace un muy buen trabajo como protagonista. La voz de Lupita Nyong’o es perfecta para el personaje de Raksha, la madre loba de Mowgli. Su desempeño nunca decepciona. En cuanto a los villanos, también hubo buenísimas elecciones. Shere Khan, el tigre que persigue a Mowgli, lleva la voz de Idris Elba, un actorazo que sólo recientemente vio la fama gracias a Pacific Rim (2013) y Beasts of No Nation (2015). Scarlett Johansson fue elegida para hacer de Kaa a pesar de que la pitón en el corpus original no es mujer. Fue una selección consciente del equipo de Disney porque no querían tener un elenco casi completamente formado por hombres. El Rey Louie es interpretado por Christopher Walken, una de las voces más reconocibles del cine actual. Todos excedieron las expectativas y, combinados con el poder del CGI, ayudaron a crear un mundo completamente irreal pero que parece posible.
La trama es más bien una adaptación de la película de Disney de 1967 que del libro de Rudyard Kipling. El nuevo guión, escrito por Justin Marks, difiere en unas cuantas cosas que le dan un poquito más de carácter a cada uno. En muchos casos el escenario en la jungla es casi una extensión del personaje con el que Mowgli interactúa, envolviendo e involucrando al espectador mucho más que en la primera versión animada. Este afán a veces juega en contra, ya que algunos movimientos digitales de cámara se sienten demasiado estructurados para una historia que transcurre en la selva en 1890. Aún así, el trabajo del director Jon Favreau, conocido por dirigir Iron Man (2008) y Iron Man 2 (2010), es cercano a impecable y su aporte en producción es importantísimo para la genial ambientación que se logró en esta remake.