La versión animada de 1967 de El libro de la selva es una de las películas más importantes del olimpo Disney. Por un lado, está entre los 30 films más taquilleros de todos los tiempos. Por otro, fue la última creación que el legendario Walt pudo acompañar y supervisar antes de su muerte. Los personajes y situaciones de los libros de Rudyard Kipling fueron llevados en al menos cuatro oportunidades a la pantalla grande, y esta nueva versión que llega a las salas es sin dudas la más espectacular y oscura.
La historia es bien conocida, Mowgli (un simpático y querible Neel Sethi), pierde a su padre bajo las garras del siniestro tigre Shere Khan (Idris Elba en la versión subtitulada), y es criado en la selva por una manada de lobos, bajo la cándida mirada de mamá Rashka (Lupita Nyong'o). Sin embargo, Shere Khan reaparecerá para cobrarse la vida del "cachorro humano", y el niño deberá emprender su regreso a la aldea de los hombres, secundado por la pantera Bagheera (Ben Kingsley) y el oso Baloo (Bill Murray). En un camino repleto de aventuras, la historia encuentra varios momentos inspirados para abordar temas como la ley de la selva, el desencanto frente al final de la infancia, o la férrea defensa de los códigos de lealtad.
El director Jon Favreau (Iron Man, Cowboys & Aliens) dosifica con delicadeza artesanal cada clima del relato, aún en medio de un ejército de diseñadores y animadores. Porque esta remake de La ley de la selva ha sido concebida mayormente en estudios, con un despliegue de texturas y efectos de animación hiperrealistas para los animales, acompañando al pequeño actor Neel Sethi. En este sentido, la película enfrenta su primer desafío ya desde los primeros minutos: por convención, todo animalito que hable en pantalla nos remite a un imaginario excesivamente naif e infantil. Favreau logra sortear ese preconcepto a motor de un andamiaje técnico tan perfecto como convincente, pero lo que es más importante, a partir de un guión sensible e inteligente, que sin descuidar el entretenimiento, asume que ninguna proeza de efectos especiales se impone frente a un espectador tan entrenado como el de hoy, si la historia no está contada con pasión y solvencia.
Flota en general una atmósfera de incertidumbre y oscuridad, distendida por supuesto con algunos gags, que nunca caen en el abuso bobalicón de situaciones físicas, sino más bien en la confianza de un humor sutil. La idea no es la de descomprimir a la fuerza el conflicto, sino simplemente hacerlo más llevadero. La hipnótica escena en la que Mowgli cae bajo el hechizo hipnótico de la serpiente Kaa (una siempre irresistible Scarlett Johansson), y el tenso momento en el templo del rey Louie (un inquietante Christopher Walken poniéndole voz a un gigantesco simio que mete miedo); son algunos ejemplos que muestran que El libro de la selva versión 2016 no quiere lucir anacrónica ni infantil. Es un enigma si estos condimentos bastarán para seducir al espectador adolescente, más acostumbrado al formato de las producciones de superhéroes o de sagas como Los juegos del hambre. Pero sí está claro, y eso es en cierto un sentido uno de los riesgos de esta propuesta, que la película está más que nada dirigida a esa franja de público cercano a la pubertad. Más allá de que muchos padres, muy familiarizados con la versión animada de 1967, estarán dispuestos a revivir la experiencia de compartir esta nueva versión del relato junto a sus hijos.
Para los amantes de las populares canciones del film, aquí vuelven al menos un par de ellas, The bare necesitties, o Busca lo más vital en la versión en castellano - cantada por Murray y Sethi- y I wan'na be like you, o Quiero ser como tú - cantada por Christopher Walken. A no perderse la flotante versión de Trust in me, por Scarlett Johansson en los créditos de cierre del film. Es cierto que en medio del aura dark que domina esta nueva adaptación, la inclusión de los momentos musicales luce un tanto forzada, pero los inmortales tracks suenan atinadamente actualizados.
Sin anticipar la resolución de esta fábula, se puede decir que la coda final no se inclina por el mismo camino del clásico animado. El cierre es más inquietante, aunque también el punto en que se detiene puede ser tomado como una estrategia comercial frente a un posible capítulo dos. La taquilla lo dirá. De momento, esta aventura tiene todo lo necesario para cautivar a una nueva generación y no decepcionar a los cinéfilos "old school".
The Jungle Book / Estados Unidos / 2016 / 105 minutos / Apta para todo público con reservas / Dirección: Jon Favreau / Con: Neel Sethi. Voces de: Ben Kingsley, Idris Elba, Lupita Nyong'o, Bill Murray, Scarlett Johansson, Giancarlo Esposito, Christopher Walken.