El afán de Disney por seguir reinventando sus clásicos más adorados sigue en pie y más fuerte que nunca, y en esta ocasión es el turno de The Jungle Book de dar el gran paso en una selva mágica y casi totalmente digitalizada.
Para aquel espectador carente de infancia, vale la pena recordar la historia del adorable Mowgli. Huérfano desde muy pequeño en medio de una selva gigante, el pequeño indio es adoptado por una jauría de lobos bajo la atenta mirada de su tutor, la pantera negra Bagheera y su madre adoptiva, Raksha. Pero el balance en la selva se pierde cuando el temible tigre Shere Khan posa sus ojos en él y toma la presencia del ingenioso huérfano como una afrenta personal, y sale en su búsqueda poniendo en jaque a todos los habitantes animales.
El guión de Justin Marks no reinventa la rueda, pero hace un gran trabajo presentando la vida y obra de Mowgli en un lugar donde sencillamente no pertenece, y juega con las expectativas de ganarse un lugar entre sus compañeros por mérito y pasión. Jon Favreau, por otro lado, es un gran director de aventuras y sabe sacarle provecho a toda la provisión tecnológica de la que le valió Disney para crear una épica muy familiar y asombrosa. El crear un mundo a partir de la nada misma, con mucho CGI, es un tema ríspido, que o logra convencer o fracasa estrepitosamente. Por suerte, su trabajo rinde frutos y los paisajes naturales vibran por su colorido y, llegado a cierto punto, los animales casi parecen reales. A ese nivel de realismo trabaja The Jungle Book, y puede considerarse colega de maravillas visuales como Avatar o Gravity. Si alguien tenía dudas sobre la calidad visual de la película, compre una entrada y véase inmerso en un mundo paralelo, pero muy parecido al nuestro.
El otro aspecto sobradamente destacable es el protagónico de Neel Sethi como Mogwli, un actor que en el futuro va a dar que hablar. Siendo el primer papel en su carrera, y uno muy codiciado se puede decir, Sethi representa todas las características que hicieron de Mogwli un personaje latente en la historia de la literatura: ansioso, pícaro, travieso, habilidoso, todas cualidades que el joven actor expresa en pantalla más de una vez. Y si se tiene en cuenta que Sethi se pasó toda la filmación rodeado de paredes verdes y personajes que no existen tangiblemente, la naturaleza con la que se mueve en el mundo digital le agrega varios puntos más a su interpretación. El elenco secundario es otro punto y aparte. El Bagheera de Ben Kingsley exuda sabiduría y antigüedad, la Raksha de Lupita Nyong'o es una cálida y amorosa madre sustituta, la peligrosa sensualidad de la Kaa de Scarlett Johansson, el peligro del timbre de voz del Shere Khan de Idris Elba, el juguetón Baloo de Bill Murray o el misterioro Louie de Christopher Walken, todos han sido elegidos meticulosamente por la calidad de sus voces y en grupo son formidables. Si quieren un buen ejemplo de lo que es un casting de voces bien hecho, acá tienen la prueba.
The Jungle Book es otro capítulo más de la factoría Disney que deslumbra por su aspecto visual, sumado a una historia ya conocida inmortalizada por la prosa de Rudyard Kipling y un elenco insoslayable. Es una aventura que se disfruta de principio a fin, y con mucha razón vale la pena verla en una sala grande y colmada de gente de todas las edades.