De entre los muertos
Con el aval de Guillermo del Toro, El libro de la vida (Book of Life, 2014) de Jorge R. Gutierrez, es una película animada que explora en las costumbres de la cultura mexicana para hablar de su relación con la vida y la muerte.
Cuando María (voz original de Zoe Saldaña) es enviada por su padre a Europa, la entrañable amistad y amor que forjo con Joaquín (voz de Channing Tatum) y Manolo (voz de Diego Luna), dos niños de su pueblo, será motivo de apuesta entre La Katrina (Kate del Castillo) y Xibaba (Ron Perlman), los dos seres que definen la continuidad de los vivos y los muertos en la tierra.
Elipsis mediante el tiempo pasa y María vuelve a su pueblo, con una transformación evidente, y se topara con un Joaquín valeroso y capaz de hacerle frente a las más terribles bestias que acechan, y un Manolo que se debate entre el designio familiar (ser torero) y su verdadera vocación (ser cantante). Con la apuesta entre Katrina y Xibaba aún vigente, este último urdirá los planes más aguerridos para que Joaquín salga favorecido en la elección de pareja por parte de María, sin medir las consecuencias en los demás y con total impunidad.
El director Jorge R. Gutierrez aprovecha el paso del tiempo de los protagonistas para demostrar el profundo cambio de los tres y seguir analizando la relación que mantienen los vivos con los muertos. Porque detrás de la fachada alegre y colorida en El libro de la vida hay un interés por dejar en claro su postura frente a la muerte física de los seres. Mientras se recuerde "el día de los muertos" a aquellos que han fallecido, estos habitaran "La tierra de los recuerdos" un lugar en donde todo es alegría, luz y color. Por el contrario, aquellos que no son objeto de pensamiento serán habitantes de "La tierra del olvido" con la posibilidad de desaparecer de todo espacio y lugar. Allí entrará en juego otro personaje clave El hombre de cera (Ice Cube), el protector de las almas humanas, vivas y muertas, dotado de una entidad particular y características que escapan al estereotipo de "guardián".
Con un diseño que refleja no solo la idiosincrasia mexicana, sino la mayoría de sus usos y gustos, la película, orientada para un público mayor de 8 años, principalmente por la temática central, posee un mensaje concreto que avala la utilización de la imaginería popular de México para tocar puntos relacionados con el amor, la amistad, el esfuerzo y el valor de la palabra. Salvo algunas contradicciones (Manolo canta canciones populares norteamericanas para declarar su amor por María) y cierto facilismo a la hora de resolver situaciones, que restan potencia a la idea original, la película es un espectáculo visual logrado y entretenido.
El libro de la vida cumple con su premisa y aporta su singularidad específica al universo animado, generando un discurso que funda su mayor virtud, el humor, en el reconocimiento de rasgos típicos del mejor cine tradicionalista y festivo de la cultura mexicana.