El evangelio según Denzel
El estreno de El libro de los secretos, antecediendo al de La carretera nos hace retomar por el camino del mundo post apocalíptico tan de moda en los ’70 ’80, cuando la inminencia de una guerra nuclear era cosa de todos los días.
Los que tenemos unos años nos acordamos de Mad Max como uno de los títulos testigo de ese género, pero claro, hubo muchas más. Esas películas siempre tenían a un hombre con una misión y una supervivencia, y a un grupo de malos detrás de él.
Mucha agua (¿o más bien polvo?) ha corrido bajo el puente, y aquí estamos otra vez frente a un film que calza perfectamente en el género. Que esto sea viejo para unos no quiere decir que no exista como novedad para otros y los más adolescentes encontraran en El libro… sin sorpresas pero que en definitiva entretiene.
Treinta años después de un Apocalipsis, no importa cuál, Eli (Denzel Washington) camina la Tierra en busca de un lugar seguro para el tesoro que carga, la ultima copia de la Biblia. Carnegie (Oldman) es el malo, sabe leer, ambiciona poder y tiene conocimientos, eso lo hace peligroso porque además es capaz de gobernar a un grupo de gente que lo obedecen ciegamente y que van tras de Eli y su libro. E decir, fe versus conocimiento en un mundo destruido, si las implicancias ideológicas se pudieran saltear, por ahí el espectador un poco más despierto no se sentiría preocupado, lo cierto que el mensaje es medio raro por no decir bravo.
Abstraerse es fácil, ya que entre tiros y muertes la cosa no se nota tanto. Sumado a Mila Kunis que hace de la chica que aprende todo, es más llevadero. Oldman hace que cada película que lo tenga en pantalla parezca un poco mejor, Washington hace que cada película en que participe tenga varias lecturas, inclusive las evangelizadoras.
El libro de los secretos es entonces un secreto a voces, la gloria del evangelio que sobrevive a los desastres, claro que eso es también una parte de la ficción.