RESISTIR HASTA EL FINAL
En estos días, cualquier filme de acción que muestra un horizonte de aniquilación puede ser entendido como una alegoría de la crisis que golpea. Aquí hay ocho trabajadores que sobreviven a un accidente de avión y son atacados por lobos feroces. Y más de uno quizá quiere ver en esta odisea algunos fantasmas: falta de trabajo, exclusión, violencia y un poder invisible que al final quedará con todo. Lo cierto es que es un típico filme de supervivencia. Los tipos quedan lastimados y a merced de un frío implacable. Nieve, viento. Encima, los acechan una veintena de lobos hambrientos que parecen personificar viejos terrores y recuerdos. El final, casi una afirmación del espíritu de lucha, aspira a ir más allá. El líder, solo y desesperanzado, cansado del silencio del cielo, decide lanzarse a una lucha que está perdida de antemano pero que él acaso imagina como parte de su destino. Para los amantes al género, es un plato bien servido. Porque Joe Carnahan sabe lo que hace: la acción no decae, el elenco es impecable, el clima se sostiene. Los tipos luchan, pero los lobos nunca dejan de morder.