Luego de que su avión se estrella en medio de la nada en Alaska, siete trabajadores petroleros se enfrentan a una lucha desesperada contra una manada de lobos ávidos de comida y, sobre todo, de ataque contra quienes han "invadido" su territorio. A estos hombres los guía un experimentado cazador (Liam Nesson), que pondrá toda su sabiduría en juego para que la odisea sea lo menos trágica posible.
Joe Carnahan no es un gran director (allí está la versión fílmica de Brigada A como ejemplo) pero Liam Neeson es un actor todo terreno y que durante los últimos años demostró que así como inmortalizó la figura de Oskar Schindler también pudo hacerse cargo de héroes de acción sin superpoderes, de hombres del común que se enfrentan a situaciones terminales (un buen link es Taken, en la que encarnó a un ex CIA que debía rescatar a su hija de una banda de trata de personas).
En este contexto de curriculums desparejos, El líder se destaca como un trabajo menor pero efectivo. No hay nada en esta historia de hombres desarmados contra animales salvajes que no se haya contado; desde el perfil del héroe, siempre recto, siempre adusto y con el comentario justo en el momento necesario, hasta los diferentes personajes que acompañan en la odisea, sobre todo el oponente, el menos bueno del grupo, el que menos importa cuando se producen los ataques de las fieras.
No hay en The Grey mucho más que lo antedicho y una factura técnica de calidad, sobre todo por una fotografía que aprovecha la amplitud panorámica que ofrece la nieve, cubriéndolo todo de libertad y al mismo tiempo de cierta claustrofobia, por un escenario que de tan amplio e inabarcable asfixia. Y esos lobos, esos aullidos, esos ojos en la oscuridad, acechando entre la espesura de la noche.