Animales sueltos
Esta apuesta de un pequeño Estudio de Granada a la animación digital española se encuentra a la altura de los estándares de calidad y nivel aceptables -sin mayores méritos- que por supuesto la posicionan por debajo de cualquier producto Pixar o Dreamworks. Aunque, a diferencia de estos gigantes norteamericanos, presenta interrogantes a la hora de elegir un público al cual dirigirse.
El lince perdido, debut en la dirección del animador Raúl García y Manuel Sicilia, es tan sólo una animación digital en 3D exclusivamente para chicos, sin guiño alguno o atractivo especial para adolescentes y mucho menos para adultos.
Digno de los relatos con mensaje, el guión elaborado por ambos directores junto a José E. Machuca pretende generar conciencia ecológica en pos de la defensa de las especies en extinción, entre ellas: el lince Félix en la voz de David Robles, héroe de esta aventura, y un grupo de animales compuesto por un camaleón paranoico, una cabra, un halcón hembra y un topo a los que se sumará una lince hembra llamada Lincesa (Beatriz Berciano). El villano de turno es un cazador furtivo, contratado por un multimillonario llamado Noel, quien para salvar a las especies pretende poner en práctica una idea un tanto extremista.
Con un buen ritmo en las escenas de acción y un aceptable trabajo de guión en la construcción de los personajes, -destacándose por lejos el camaleón- las aventuras de este felino valiente, apadrinado por Antonio Banderas, suman peripecias y algún que otro espacio para el gag, a pesar de varios intentos por cobrar vuelo propio que no llegan a buen puerto dado el esquemático relato.
Sin embargo, la platea infantil no quedará defraudada.