No es la primera vez que la famosa novela de Jack London de l903, “The call of the wild” llega al cine, pero esta inaugura una novedad, el perro protagonista y demás animales están generados por CGI (imágenes generadas por computadora) en base filmaciones y al trabajo y captura de movimientos de e Terry Notary, un ex Cirque du Soleil. Lo que da como resultado una animación hiperrealista como la de “El rey león” o “El libro de la selva”, más un guión que agrega aventuras y situaciones. El resultado está dedicado a un público juvenil que lo aceptará de inmediato. Pero en la interacción con humanos estas creaciones se ven un tanto raras, aunque con el correr del film si uno entra en el código, mal que les pese a Lassie, Rin tin tin y Beethoven… perros reales inolvidables, las cosas comienzan a funcionar, mas la gran actuación de Harrison Ford. Destinado al llamado cine familiar, esta historia con una inversión de 125 millones de dólares, con una lujosa adaptación de Jack London, sobre la salvación espiritual de un perro doméstico malcriado, un San Bernardo, está ambientada en la fiebre del oro en Yukón, con personajes enloquecidos, el villano y otro amante de la naturaleza, afligido y taciturno que le toco al talentoso Harrison. Y lo bueno es que Ford está en su mejor momento. Un entretenimiento pensado al milímetro para encantar, aventuras, peligros, escenas emotivas.