Buck es un enorme perro perteneciente a una familia hacendada. Pero en plena época de la fiebre del oro, los animales así eran codiciados por todos, por lo que el pobre canino es secuestrado y vendido para ejercer como perro de trineo. Así Buck irá pasando por distintos dueños, adentrándose más en la naturaleza y conectando cada vez más con su lado salvaje.
El llamado salvaje es una nueva adaptación de una novela escrita por Jack London, quien, en sus historias, vemos a la naturaleza en su máxima expresión, y a los humanos siendo relegados a roles secundarios, en pos de tener a animales como protagonistas.
Lo primero que nos llama la atención de El llamado salvaje es que debemos agradecer que esta película se realizó a esta altura de la historia del cine; porque de haber sido en los 80, no queremos ni imaginar la de perros que hubieran muerto en el rodaje. Y si, los animales (todos) en esta ocasión están hechos en cgi.
El cgi quizás sea lo más discutible de toda la película, ya que por momentos se intenta humanizar a los animales, dándole sentimientos a sus facciones; cuando en realidad sabemos que somos los humanos quienes proyectamos nuestras emociones en nuestros amados perros. Al humanizarlos, se nota el trabajo realizado en la computadora, y es algo que sucede casi de forma constante, así que cuesta bastante dejarse llevar por el relato, sin que el apartado visual nos esté haciendo ruido casi cada vez que Buck aparece en pantalla.
Por suerte el resto de la película si está a la altura de lo que se podría esperar de un relato de este estilo. Las emociones están a flor de piel, ya que nos alegramos en cada momento que a Buck le salen las cosas bien, y nos preocupamos de igual manera cuando su vida corre peligro, ya sea a manos de la naturaleza, o de algún humano.
Porque si, hay bastantes humanos en El llamado salvaje. Podríamos destacar a Harrison Ford y a Omar Sy como los que mejor performance ofrecen. Si bien sale acreditada en los posters, Karen Gillan pasa totalmente desapercibida, y si parpadean, se pierden su aparición. Pero es Dan Stevens quien peor sale parado de la ecuación; mas por un pobre personaje que por una mala actuación.
El llamado salvaje es una buena película, que apela bastante a los sentimientos que tenemos todos para con los perros (queremos creer que a todos les gustan ¿No?). Con una historia simple pero efectiva, sin exigirnos y exigirse demasiado, es un estreno más que interesante a la hora de elegir ir al cine en familia.