En un pequeño pueblo de Corrientes vive, solitaria y esperando un hijo, Sonia, cuyo esposo es un trabajador de campo quien debió ausentarse a Buenos Aires para emplearse en una obra en construcción. Ella lo esperará en su humilde casa de madera mientras visita a una mujer que le leerá su destino y ahorrará el dinero que su marido le gira desde su lugar de tareas. Con estos aparentemente escasos elementos, el director Hernán Fernández elaboró, con una casi carencia de diálogos, una historia cuyo eje se centra en el dolor que experimentan quienes deben distanciarse por necesidad. Con sencillez, el film va recorriendo lentamente la cotidianidad de esa Sonia (buen trabajo de Sonia Ortiz) cuyo grado de verdad se adhiere con su solitario entorno.