Lee Gates (George Clooney) es el conductor de un programa de televisión un tanto payasesco en donde él se presenta como un experto en finanzas. Detrás de cámara está Patty Fenn (Julia Roberts), una abnegada productora que soporta el ego de Gates todos los días. En un momento, durante la transmisión en vivo del programa, un joven se filtra en el estudio con armas y una bomba. ¿Qué quiere? Una explicación. El muchacho perdió todos sus ahorros (60 mil dólares) por seguir una inversión que Lee había recomendado fervientemente. La empresa en cuestión perdió 800 millones de un día para el otro por la supuesta falla de un algoritmo, pero nadie (obviamente) cree en este argumento. Mientras corre el programa en vivo, la policía trata de salvar a Gates, su productora quiere investigar qué pasó en realidad con las pérdidas de esta empresa y el agresor permanece en el estudio generando una especie de "reality" que sigue todo el mundo. "El maestro del dinero" combina elementos de "Network", "Tarde de perros" y "Wall Street", pero es difícil tomársela en serio. La cuarta película de Jodie Foster como directora es por sobre todas las cosas inverosímil, y eso le quita peso dramático a los temas. Además los personajes son tan chatos y tan faltos de matices que no generan ninguna empatía. No podemos dar crédito a que Clooney y su "secuestrador" se estén paseando por las calles de Nueva York como si se tratara de un espectáculo. Y ni hablar de que en menos de una hora se resuelve una compleja estafa financiera buscando datos en Google. Lo más insólito es que la moralina del final se cae cuando los personajes de Clooney y Roberts se miran en una última escena con un tono entre cómplice y burlón. Es un cierre superficial y absolutamente inexplicable.