Los chanchullos financieros se ponen en tela de juicio en este thriller en tono de reality show.
Jodie Foster se vuelve a poner detrás de las cámaras para darle forma a este thriller criminal lleno de acción y tensión, de esos que nos mantienen al borde de la butaca, pero tampoco para andar exagerando.
“El Maestro del Dinero” (Money Monster, 2016) se parece a mucho de lo que ya vimos, pero su destreza radica en poder conjugar todas estas películas en una sola y lograr un relato atrapante y coherente, casi en tiempo real.
Arrancamos con el detrás de escena de Money Monster, programa financiero de TV conducido por el carismático, canchero y muy experto en la materia Lee Gates (George Clooney) bajo las órdenes de su productora Patty Fenn (Julia Roberts). En pocos minutos nos muestran la cocina de este show, tan atrapante como la trama que llegará a continuación cuando el joven Kyle Budwell (Jack O'Connell) interrumpa en el estudio, con el programa todavía al aire, tomándolos a todos de rehén con amenaza de bomba incluida.
Kyle culpa a Lee por haber perdido todos sus ahorros en una inversión que este recomendó, pero también a Walt Camby (Dominic West), CEO de la compañía que acaba de extraviar su dinero junto con otros 800 millones. Convenientemente, Camby falta a la entrevista que tenía programada con Gates donde pensaba dar explicaciones sobre esta pérdida descomunal, atribuida a un fallo del sistema.
A partir de este desplante empieza a crecer la impaciencia del agresor, pero también las sospechas, tanto de los periodistas involucrados como de algunos miembros del equipo de Camby. Así arranca la verdadera trama que esconde varias conspiraciones y chanchullos tan propios de los adinerados.
Foster apoya la historia en los hombros de Clooney y la relación que debe establecer con su captor, sin meter la pata y siguiendo los consejos de Fenn. Afuera del estudio, la policía tiene sus propios planes para acabar con esta toma que podría terminar poniendo en peligro a todos los involucrados.
“El Maestro del Dinero” no pierde el ritmo y, por momentos, nos sentimos parte del mismo público de este “reality” que se lleva a cabo delante de nuestros ojos y de los ojos del mundo que sigue atento el desarrollo de los hechos como si se tratara de “The Truman Show” (1998). Wall Street vuelve a ser el eje de varias controversias y dedos acusadores tratando de que la trama entre en terrenos más serios y analíticos, aunque no llega a los niveles de crítica (o de ironía) de, por ejemplo, la reciente “La Gran Apuesta” (The Big Short, 2015).
“El Maestro del Dinero” intenta abarcar demasiados temas y es ahí donde, tal vez, se pierde un poco: la ética periodística, la economía global, la tecnología puesta a su servicio y la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos en todo esto. Jodie Foster nos invita a involucrarnos en este juego, no sólo para tratar de descubrir al responsable, sino para aceptar nuestras propias culpas. Como entretenimiento funciona muy bien, pero como drama más serio, ya dijimos, se queda por el camino.