Lee Gates (George Clooney) es la estrella del show El Maestro del Dinero. En su programa habla de economía de forma dinámica y entretenida, e invita a los espectadores a apostar en la bolsa. Pero cuando una de sus predicciones falla y una empresa pierde un total de 800 millones de dólares, mucha gente que confió tanto en Lee como en la empresa dueña de dichas acciones perdió todo. Y hay algunos dispuestos a tomar medidas extremas con tal de recibir explicaciones.
Estamos ante la cuarta película oficial dirigida por Jodie Foster. Luego de haber incursionado por los dramas, la actriz y directora esta vez decide meterse de lleno en el terreno de las finanzas y como mucha gente que busca hacer una diferencia económica, es aplastada por la maquinaria de valores, subas y bajas y demás tecnicismos. Pero irónicamente, lo más importante que tiene para ofrecer El Maestro del Dinero, no es esta crítica sino otra mucho más sutil y que se siente más orgánica.
La historia de la persona promedio que pierde todo y quiere que alguien pague por haber arruinado a tanta gente está mil veces vistas. El cliché es obvio, y ya sabemos que va pasar: entra por la fuerza a determinado lugar, pese a tener razón en su reclamo se comporta como un criminal, obviamente tiene una familia que sostener y quedó en la quiebra. Todos elementos obvios para que el espectador empatice con él.
Pero esta vez, el accionar de esta persona se da en pleno programa televisivo en vivo, por lo cual uno de los personajes, Patty (una correcta Julia Roberts) tiene que seguir transmitiendo, en primera instancia, y luego ella misma decide seguir haciéndolo pese a que ya no entra en las demandas del captor.
Mientras el espectador está pendiente si Lee Gates logra salir vivo de su captura y si aparecerá alguien para darle alguna explicación a las miles de personas dignificadas, por debajo y de forma sutil, los guionistas Jamie Linden, Alan DiFiore y Jim Kouf nos dicen que en el mundo actual, SIEMPRE hay que seguir filmando a riesgo de que eso entorpezca el accionar de la policía o ponga en riesgo la vida de alguien.
Es una lástima que ese sea el gran acierto del guion, porque lo demás es bastante común y mil veces ya visto. George Clooney interpreta un tipo de personaje que ya conoce a la perfección y hace de taquito, mientras que el resto del elenco no tiene demasiadas exigencias en cuanto a personajes. Quizás lo mejor del guion además de lo comentado en el párrafo anterior, junto con algunas líneas de diálogos cargadas de un humor muy cercano a la cultura pop actual.
El Maestro del Dinero dista de ser una mala película, pero se queda a medias aguas entre una crítica ya vista al mundo de las empresas y las finanzas, y una muy acertada pero poco explotada a la manía de filmar y transmitir todo, sin importar lo que termine pasando. De todas formas para ver esto último de forma magistral, siempre tendremos a mano Primicia Mortal.