Los hilos reales de la economía, la fuerza que mueve al mundo y decide todos los días sobre la vida de cada persona que lo habita, son misteriosos para la mayoría. Incluso cuando parece que todo está en equilibrio perfecto, un detalle olvidado puede hacer colapsar al sistema entero. Y ni hablar si la codicia y egoísmo entran en la ecuación. Si bien hay un margen que permite que una porción diminuta de la humanidad sea dueña de la mayoría de las riquezas posibles, siempre hay chance de que algo salga mal. Y cuando ese algo sale mal, no es esta porción diminuta la que lo paga, sino todo el resto. Este calculado desbalance es responsable de la seria alienación que caracteriza a la población urbana hoy. Money Monster muestra con empatía una nueva faceta de este mal.
Lee Gates (George Clooney) es conductor de Money Monster, un programa de televisión en el que aconseja a su público sobre cómo invertir bien su capital, pasa anuncios sobre la actualidad de Wall Street y otras noticias. Una semana antes, un glitch en un algoritmo de gran importancia, causó una pérdida enorme para una empresa de las favoritas de Gates. Un joven que había invertido todo en ella (Jack O’Connell), lo pierde, y no ve otra salida más que pedir explicaciones a Gates en vivo durante su programa, pistola en mano.
El equipo responsable de esta película hace juego con el presupuesto que claramente tuvo: Jodie Foster, conocida por su larga carrera como actriz, es la directora de esta película. Está comenzando a reaparecer en el mundo de la dirección después de hacerlo en dos episodios de Orange Is The New Black (2013-2014) y uno de House of Cards (2014). También fue encargada del guión, en compañía de Alan DiFiore, conocido por su trabajo en la serie Grimm (2011-2015). Los actores principales son muy conocidos y suelen trabajar juntos: George Clooney interpreta al conductor de Money Monster mientras que Julia Roberts actúa en el papel de Patty Fenn, la directora del programa. La química entre ambos es innegable, y su talento nunca decepciona, tanto cuando comparten escena como por separado. Se les unió el joven actor Jack O’Connell, que a pesar de tener una corta carrera es ya conocido gracias a su participación en la serie británica Skins (2009-2013). El conjunto de actores secundarios es también excelente, y juntos generan una experiencia de suspenso que tendrá al público al borde del asiento.
Los altibajos económicos, el dinero fácil que se logra en Wall Street y otros aspectos negativos de esta escena fueron, en los últimos años, la ambientación perfecta para historias muy específicas. Como ejemplos se pueden mencionar El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street, 2013) y The Big Short (2015), dos películas muy particulares, basadas en historias reales, que ilustran lo despiadado del mundo de las finanzas. Esta vez, con Money Monster, los damnificados tienen cara, tienen vidas y exigen explicaciones. La empatía es una de los pilares de esta película, aunque el cambio repentino que el personaje de Clooney sufre (de ricachón sinvergüenza a héroe del pueblo) no es del todo convincente, pero no por culpa del actor. De cualquier manera, el mensaje está enviado, y si bien el mundo entero está en manos de estos ricachones desvergonzados, por lo menos hoy tiene más herramientas para entender cómo y por qué.