Show me the money
Con una extensa filmografía como actriz, Jodie Foster cada tanto decide ponerse detrás de las cámaras. El Maestro del Dinero (Money Monster) es su cuarto film sentada en la silla de directora, luego de la inclasificable y querible La Doble Vida de Walter (The Beaver).
Lee Gates (George Clooney) es un exitoso conductor de un programa de televisión que analiza las finanzas de Wall Street de una manera bastante particular. Le pone una cuota de show al tema con coreografías, canciones, “efectos especiales” y demás cuestiones que consiguen darle un poco de onda a la cuestión. Lamentablemente la canchereada se le vuelve en contra cuando su programa con todos sus integrantes es tomado por asalto a manos de Kyle Budwell (Jack O’Connell), un pibe que perdió todos sus ahorros siguiendo los consejos de Lee.
Si bien no estamos ante una obra maestra, hay algunos destellos de El Maestro del Dinero que la convierten en una película como mínimo interesante. Primero y principal es el ritmo frenético de la cinta. Desde el minuto 1, Foster desenrolla la trama con presteza pero sin apuro, demostrando tener el control absoluto de lo que se va contando. Desgraciadamente, donde la película pierde un poco de tensión es resolviendo torpemente algunos conflictos que requerían un poco más de agudeza (tanto de narración como de ingenio) y menos obviedad a la hora de ser abordados.
George Clooney es uno de los argumentos de mayor peso para El Maestro del Dinero.
Otro de los puntos altos en El Maestro del Dinero es la facilidad con la que la película convierte a los “buenos” en “malos” y viceversa. Todo entre comillas porque hasta que llega el giro final, donde sale todo a la luz, uno va cambiando su percepción hacia los personajes. Es que todos los protagonistas tienen una “justificación” (en algunos es más noble y en otros moralmente más cuestionable) para llevar adelante las acciones que están realizando. Con las cartas jugadas en la mesa, el verdadero enemigo aparece y ahí El Maestro del Dinero empieza a bucear en las verdaderas motivaciones de los personajes; interpelando al espectador en la elección de que bando tomar, algo que siempre es bienvenido en este tipo de thrillers.
Por último, George Clooney es sin dudas uno de los argumentos de mayor peso para El Maestro del Dinero. Sí, Julia Roberts está perfecta aportando la cuota de equilibrio y mesura necesaria ante tanto grito y vértigo, y Jack O’Connell se destaca en una actuación desbordada; pero es en los hombros de Clooney donde descansa el verdadero peso del cuarto opus de Foster. Cuando el verosímil de la película se fuerza o cuando los conflictos son resueltos sin demasiada complejidad y “a las apuradas”, está el querido Jorgito para ponerle el pecho y hacernos comprar sin chistar todo lo que pasa.