Anexo de crítica: El debut del director español Oskar Santos presenta más aciertos que desaciertos en este thriller con ribetes sobrenaturales que pretende reflexionar sobre el dolor y el compromiso emocional con el otro. Si bien la mezcla llega de manera equilibrada, el ritmo del film es cambiante y a veces el cambio de registro resulta demasiado abrupto perdiendo cierta consistencia de un guión muy bien escrito y estructurado que se concentra básicamente en el protagonista Eduardo Noriega, un médico de 40 años que trabaja en la unidad de dolor de pacientes terminales y que azarosamente descubre que tiene el don de sanar por imposición de manos a sus pacientes aunque eso signifique ciertos sacrificios y resignaciones personales. La reflexión sobre cómo involucrarse con el dolor propio y el ajeno; cómo enfrentar la muerte a diario forman parte de los pilares conceptuales que se desarrollan a medias en este interesante film español...