Atrayente conceptual y visualmente y dotada de una actuación intensa y arriesgada de Jean Pierre Noher, El mal del Sauce, opera prima del Sebastián Sarquís, no encuentra sin embargo una apropiada cohesión de todas sus búsquedas expresivas. Hijo de Nicolás Sarquís, fallecido director de grandes obras como El hombre del subsuelo y Palo y hueso, apela en su primera obra a interesantes recursos cinematográficos.
El film narra la situación de un hombre que despierta en medio de un secuestro extorsivo, y su desconcierto, aislamiento e incomunicación lo obligan a iniciar un extraño viaje paralelo en el que se enfrenta con sus propios fantasmas. En medio de esa inubicable isla del Delta se introducen hipótesis improbables pero metafóricas acerca de los efectos acaso lisérgicos de las hojas del sauce. Sarquís se interna en la confusa mente de un ser en apariencia cautivo, pero también aprovecha para abordar el desencuentro paterno filial, al incluir la presencia del hijo de este hombre, que se desenvuelve ambiguamente en ese ámbito como intermediario entre él y sus captores. Esto da pie a un sinnúmero de especulaciones por parte del personaje principal. Interesante obra inicial de un director con cosas para decir y aportar, con un absorbente y lúcido protagónico de Noher.