El Dr. Ebbo Veltten y Vera conforman un matrimonio alemán que lleva años viviendo en África, alejado de su hija Helen, de 14 años, quien se encuentra en un internado en su país natal. Él se encuentra completamente inmerso en su trabajo, un programa de investigación sobre la enfermedad del sueño, pero su esposa comienza a sentirse mal por estar alejada de su hija adolescente, por lo que decidirá volver a casa. Años después, un doctor francés originario del Congo acudirá a África por un estudio... y encontrará allí a un Ebbo perdido y destruido.
Esta sería la síntesis argumental del filme, o por lo menos es lo que resume la gacetilla de prensa con la información de producción.
Tratar de hacer una disección de este filme es casi una tarea ciclópea ya que, en principio, lo que uno podría suponer una excelente economía de recursos, termina transformando en la ausencia total de construcción de la historia, de los personajes, de la trama, del conflicto, y de todos aquellos elementos que hacen de la prosecución de imagen y sonido en un texto fílmico.
Esto, sin entrar en detalles, ya que si para muestra basta un botón debería decir que el rubro del montaje es el especifico del cine, y dentro de este uno de los personajes más importantes es el cortador de negativos, históricamente mujeres. Pues bien, toda la película parece haber sida cortada con los dientes y pegada con los codos.
Las escenas terminan, punto. No se sabe por qué, no hay un desarrollo, ni fundido a negro, nada, corte, y a otra cosa. En un momento dado, alrededor de la mitad de la proyección, hay una elipsis de 3 años sin aclarar, sin justificar.
En cuanto a qué me está queriendo decir con lo que intenta contar, son tan variados los temas que roza y no desarrolla que puede leerse como a cada uno su infierno, o como revelador de los misterios desconocidos de África mía, o en realidad tengo una cámara, unos amigos míos en Camerún, vayamos a registrar algo y veamos lo que sale.
Con el advenimiento del sonido en el arte cinematográfico, hace más de 80 años, el celuloide se hizo apto para recoger todo tipo de espectáculo visual, ser pasible de narrar con magia de lo falso en lo real. Incluirle el sonido potencio las posibilidades del arte, pero al descansar en la construcción de esa imagen no deja de ser vehiculo de vida anterior, es decir de algo concebido, compuesto, diseñado, ordenado, con anterioridad a la intervención de la cámara.
En síntesis, un guión literario en principio, luego, en segunda instancia, convertido en guión técnico, para redefinir los diálogos, con precisiones en cuanto al encuadre de cada escena, culminando en un story board, conforman etapas fundamentales de cualquier proyecto audiovisual encarado por sus hacedores, que en este caso en particular dejan mucho que desear.