Un abismo de intrascendencia
La primera escena de El manto de hiel -una mujer al borde de un precipicio, que termina dejándose caer al vacío-, resuelta con un par de planos silenciosos, que aprovechan el abismal paisaje sanjuanino, es bastante interesante, crea expectativa y aporta interrogantes. Pero ese interés inicial se queda ahí. Ya el plano siguiente, donde un hombre de traje en un lujoso auto (William Prociuk) va arrojando unos papeles mientras maneja, con gesto remarcado, se va restando intriga. Y en cuanto ese hombre llega casi de casualidad a un pequeño pueblo en el medio de la nada y comienza a hablar con la gente del lugar, en cuanto se van escuchando los diálogos artificiosos e impostados, ya esa ínfima esperanza de ver algo bueno se va al tacho.
Así de rápido es que El manto de hiel queda condenada -o más bien se condena a sí misma- a la intrascendencia. Sus tentativas por crear una atmósfera opresiva y paranoica en ese pueblo dominado por un grupo de ancianos con misteriosos propósitos y en donde el protagonista -cuyo pasado también está envuelto en un enigma- no puede encontrar una salida, se van revelando como totalmente infructuosos. Lo llamativo es que cuanto más lo intenta, más lejos de su objetivo queda, debido a sus monólogos pseudo trascendentales, sus actuaciones acartonadas, su montaje enmarañado y confuso, su banda sonora de trazo grueso y su necesidad de explicar todo varias veces. Si a eso se le suman sus notorios agujeros en la trama, termina perteneciendo a ese tipo de films que nunca pueden remontar sus defectos iniciales, que desde el comienzo pierde la partida.
Y no es que El manto de hiel sea un desastre absoluto o indigne con su desarrollo narrativo o estético. Es más, se puede percibir su voluntad por combinar la intriga con el western, haciendo chocar distintos universos y aprovechando un entorno particular para contar algo nuevo. Pero esa originalidad nunca termina de aparecer y lo que queda es una película que busca generar las preguntas correctas pero sólo consigue las respuestas incorrectas.