Lee Daniels es una de las apariciones más comentadas del cine de Hollywood de los últimos años. Primero, con PRECIOUS, una película que algunos aman pero que a mí me parece lamentable. Luego, con THE PAPERBOY, una película que casi todos consideramos lamentable (de cualquier modo, la morbosa PRECIOUS es peor, esta es solo absurda y bastante ridícula). Ahora llega su tercer filme, EL MAYORDOMO, y cuando muchos esperábamos una trifecta de desastres, el muchacho se redime con una película amable y noble. Menor, sí, y fallida en muchos momentos, pero con un poder político indisimulable.
Daniels es un cineasta que apuesta por los modelos clásicos del relato, en su versión más excesiva y melodramática. El hombre nunca se anda con chiquitas y todo lo que puede agrandar, lo agranda: las emociones son intensas, las actuaciones desbordadas y hasta los maquillajes son excesivos. EL MAYORDOMO cuenta la historia de un hombre que, tras ver cómo un patrón blanco en el sur norteamericano mata a su padre, decide escaparse y, años después, comienza a trabajar como mayordomo. Primero en un hotel de lujo y luego es contratado para servir a los presidentes en la Casa Blanca. Trabajo que mantuvo más de tres décadas.
The Butler (2013) Forest Whitaker (Screengrab)La película se centrará en las experiencias de este mayordomo -sobriamente interpretado por Forest Whitaker- con los distintos presidentes de los Estados Unidos, desde Eisenhower hasta Reagan, pasando por Kennedy, Johnson, Nixon, Ford y Carter, siempre en relación con los episodios políticos de las distintas épocas. Pero el eje estará puesto en su vida familiar: su relación con su esposa (Oprah Winfrey) y sus hijos: uno que va a pelear a Vietnam y otro que se convierte en un activista por los derechos sociales, luego miembro de los Panteras Negras, con el que tendrá una relación muy difícil durante décadas.
Ese eje le sirve a Daniels para atravesar los sucesos políticos de esas épocas (en especial los ligados a los conflictos de los años ’60, del asesinato de Kennedy en adelante, con especial foco en la muerte de Martin Luther King y las luchas por el fin de la segregación racial) desde dos puntos de vista enfrentados dentro de la comunidad afroamericana. La necesidad de integración amable y casi sumisa que representa el padre (más cercano a King y a lo que los más rebeldes llamaban “Tío Tom”) y la más agresiva y contestataria (de Malcolm X en adelante) a la que se acerca el hijo.
Lee Daniels' The ButlerLa película no deja evento clave sin atravesar y lo hace, en general, desde un lugar previsible y en un formato narrativo tirando a perimido. Pero hay algo noble y muy humano en la forma en la que la historia personal se enlaza con la social que levanta la película y que, al llegar al final, la hace crecer como drama familiar de una familia negra que podía haber sido cualquier otra. Claro que aquí parte del “chiste” es ver al mayordomo girando alrededor de los presidentes y sus familias mientras toman (o no) decisiones claves de la política del siglo XX. O ver el detrás de escena de la Casa Blanca: la gente de limpieza, los códigos, los recovecos internos, etc.
Ese costado histórico casi a lo Disney es lo menos interesante que tiene el filme. El espectador se la pasará gran parte del tiempo tratando de reconocer a los actores que, debajo de pesadas capas de maquillaje, encarnan a distintas figuras públicas y también debatiendo si se parecen o no, si lo hacen bien o no. En ese sentido, para mí se lucen Jane Fonda como Nancy Reagan y, en un punto, no están mal Robin Wiliams como Eisenhower, Alan Rickman como Ronald Reagan y James Marsden como JFK. Más difícil la tienen John Cusack en el papel de Nixon y Liev Schreiber como Lyndon Johnson.
El tono, obviamente buscado por Daniel y más por la productora de Harvey Weinstein, trata de remedar al último gran éxito de este género “épico-histórico-racial” que fue HISTORIAS CRUZADAS (THE HELP). En un sentido, esta película tiene los mismos puntos a favor y en contra que aquella, ambas elaboran con acaso demasiada candidez una historia de raíces más complejas y profundas, en un tono cuyo máximo exponente acaso sea EL COLOR PURPURA, de Steven Spielberg. Sin ser una gran película, sin embargo, EL MAYORDOMO logra ser la película más interesante de Daniels, que parece demostrar tener más condiciones para pintar las emociones de sus personajes que sus miserias.