ntroducción al racismo en Estados Unidos Volumen I
El Mayordomo es una de las películas más escandalosamente aleccionadoras y abiertamente alineadas con la actual presidencia de Estados Unidos en lo que va del año. Es por eso que también es una película con grandes chances para los próximos Oscar.
El film narra la historia de un mayordomo, (Forest Whitaker) que trabajó en la Casa Blanca durante seis mandatos presidenciales. Esto condimentado además, con el hecho de que su padre fue asesinado frente a sus ojos en un campo de algodón por un hombre que minutos antes había violado a su madre.
La narración está estructurada en flashbacks que van a relatar todo tipo de clichés referentes a lo que fueron las luchas raciales a lo largo de la historia de Estados Unidos. Cada presidente de turno va a tener la función argumental de mostrarnos su postura frente a esos hechos (el film no aporta nada nuevo en este sentido) y además, servir como excusa marketinera para poner a un actor de renombre en el reparto. No hace falta nombrarlos, el poster original ocupa el 80% de su espacio en mostrar los 13 nombres que acompañan a Whitaker.
El problema principal con la película es que el personaje, más allá de lo anecdótico de su empleo, no ofrece nada interesante. Por esto mismo, la narración abraza en varios momentos el drama familiar (esposa alcohólica, un hijo “rebelde” y otro que muere en Vietnam).
El mayordomo en cuestión no llega a convertir sus experiencias en curvas de personalidad que demuestren una evolución a lo largo del film hasta que promediando el final le cae toda la experiencia de un golpe y decide renunciar y apoyar a su hijo que pasa, para él, de “rebelde” a héroe porque su historia y la de sus compañeros aparecieron en un libro (curvón dramático). A partir de ese momento un nuevo flashback nos llevará directamente a la campaña electoral de Obama y su posterior victoria para resaltar con fibrón aún más grueso que el país ha cambiado.
El Mayordomo es probablemente el film menos significativo de este año por su poco esmero a la hora de buscar formas atractivas de mostrar una historia, por las 28 moralejas que pretende dejar y por su visión hipersimplista del profundo problema social que es el racismo. Seguramente le darán algún que otro Oscar.