Arthur Bishop es el Mecánico, un asesino a sueldo especializado en eliminar a sus objetivos limpiamente. Siempre ha trabajado solo, pero luego de que se le ordena eliminar a su amigo y mentor, unirá fuerzas con el impulsivo hijo de este, formando un dúo imparable.
The Mechanic es una remake de un film homónimo de 1972 dirigido por Michael Winner y protagonizado por Charles Bronson. A diferencia de lo que suele ocurrir con las nuevas versiones, en las que a grandes rasgos se mantiene el mismo molde mientras que algunos detalles son modificados, esta película es fiel a los aspectos menores y cambia los importantes, como si el filme original sólo hubiera sido una inspiración. Dos son los elementos centrales que esta varía con objetivos claros orientados al público. El primero es el final, pareciera seguir una nueva Biblia de Hollywood que prohíbe darle un cierre definitivo a las historias dado que de encontrarse con una gallina que de huevos de oro, por qué dejar que de uno solo. Por otro lado el Arthur Bishop de Jason Statham es diferente al de la década de los setenta, ya que mezcla dosis de asesino a sueldo con justiciero. Sucede que en la original Bronson mata por encargo desconociendo si la víctima lo merece y no le tiembla el pulso a la hora de hacerlo, pero en la actual se le debe señalar al espectador que los objetivos son homicidas, violadores o hasta jefes de un cartel colombiano, como si un asesino frío y amoral fuera a espantar al público.
En lo que se refiere específicamente a la realización del 2011, esta cumple su cometido que es el de entretener. Tiene buen ritmo, escenas de acción bien logradas y una pareja central de actores que funcionan bien juntos. Por un lado Statham, quien en unos años se las arregló para convertirse en el gran referente del cine de acción actual, al que se suma Ben Foster, quien domina su papel a causa de que en el último lustro ha interpretado a jóvenes algo trastornados como por deporte. Tal y como ocurría en la primera, esta versión se construye en base a una sumatoria de trabajos de “limpieza” que permiten que avance. Esto tenía su motivo en la original, dado que el meollo de la cuestión se derivaba de la relación entre ambos personajes, sin embargo no opera de la misma forma en la nueva. Sucede que Bishop es el asesino del padre de Steven, y por un extraño sentimiento de culpa lo adopta como aprendiz. Esta tensión, imperceptible en la primera, es el fundamento del trabajo del director Simon West que sin embargo acaba por hacerla a un lado, para sumar otro conflicto recién a la hora de película, y luego retomarla para darle un cierre. Los guionistas Richard Wenk (16 calles) y Lewis John Carlino, autor del original, terminan introduciendo el tópico de la venganza volviéndola obvia y predecible, algo que se lamenta considerando que a raíz de la dudosa moral de sus personajes centrales se trataba de una película atípica.
Luego de haber realizado algunas películas poco logradas como Tomb Raider o Cuando un extraño llama, del director Simon West finalmente puede decirse que se anotó un punto a su favor. The Mechanic acaba por ser una buena película de acción que sale bien parada del cruce entre el enfoque clásico con una mirada actual. Si bien demora bastante su desarrollo a raíz de todas las escenas inconexas que la componen, estas no dejan de estar bien llevadas resultando atractivas y, sobre todo, entretenidas.