Que grata sorpresa fue encontrarse con este estreno.
Hoy en día los films que se animan a salirse un poco del molde son una rareza dentro del mainstream y El Menú sumerge al espectador en una buena dosis de adrenalina.
Una comedia negra tan delirante como atrapante, que se encarga de materializar diferentes "bajezas" humanas a través de sus disimiles personajes: los comensales.
Desde la obsecuencia de un gran Nicholas Hoult hasta la resiliencia de Anya Taylor-Joy.
Ambos magníficos en sus papeles al igual que el resto de los secundarios, siendo John Leguizamo otro gran exponente, donde el ego y la miseria relucen.
Pero aquí el que reluce por sobre todas las cosas y está a la altura de los elaborados platos que prepara es Ralph Finnes, protagonista absoluto y motor de este film.
Su actuación es magnética y nos encontramos antes de los grandes roles de su carrera más allá de lo que suceda con la cinta ni bien vaya corriendo el tiempo.
Son esos personajes que amás pese a lo putrefacto. Te maravilla desde el primer segundo de su aparición hasta el último de sus diálogos.
El director Mark Mylod, alguien de filmografía abultada sobre todo en TV en los últimos años dirigiendo Games of Thrones o Succession, fue muy preciso en su narrativa para marcar cada una de las cosas mencionadas más arriba y muchas más.
En El menú se critica de manera muy elocuente (y grandilocuente) a un cierto sector de la sociedad y a la cultura foodie que va más por la apariencia que por el verdadero placer de comer.
En definitiva, el espectador encontrará un disfrute total en su irreverencia y códigos que maneja para contarnos una historia simple, pero con varios matices.