La película que toma el nombre artístico de su protagonista e invoca su método prescinde del biopic, elige lo elemental de la vida de Julio Victorio de Rissio y sobre él derrama legítimamente una hipótesis de ficción sobre el origen de la destreza discursiva del personaje que no deja de ser interesante. El método Tangalanga es fiel a la amistad entre Julio y Sixto, el amigo que murió demasiado temprano y al que le dedicaba los llamados que grababa.