Magia en el Soho… y en el cine
El director de la trilogía del Cornetto (Shaun of the Dead, Hot Fuzz, The World’s End) regresa a la gran pantalla con una ambiciosa película que podía salir muy bien o muy mal. Sin embargo, Edgar Wright se sale con la suya y demuestra una vez más que entiende sobre cualquier género.
Thomasin McKenzie (la joven de Jojo Rabbit) encarna a una chica que recibe una beca para ir a estudiar moda a Londres, razón por la que abandona su pequeño pueblo y viaja sola a la frenética y multifacética ciudad. Allí las cosas no son como las esperaba, pero consigue abstraerse de su actualidad en sus fantasiosos recorridos nocturnos por la mágica y peligrosa década de los ’60 en ese mismo lugar.
Wright compone un film repleto de nostalgia que nos recuerda un poco a la reconstrucción de los fines de la década de 1960 de Los Ángeles de Tarantino en Once Upon a Time… in Hollywood, solo que esta vez estamos situados en pleno Londres. La banda sonora, como no se podía esperar otra cosa del cineasta, es totalmente de lujo y nos retrotrae a otra época. Los juegos de luces y sombras funcionan a la perfección, y toda la película parece ser un recorrido de glamour, fantasmas del pasado y maravillas. Un poco como Baby Driver que está casi pensado como video-clip, Last Night in Soho se desliza con naturalidad en su propio mundo a través de fantásticas secuencias y magníficas transiciones que hipnotizan a la audiencia.
El reparto cumple con lo esperado. Anya Taylor-Joy y Matt Smith conforman un buen dueto, pero sin dudas quien se lleva todas las flores es la increíble Thomasin McKenzie. Desde el inicio hasta el final se pone la película a los hombros y es convincente en cada escena. Totalmente magnética. Con solo 21 años y algunas buenas cintas en su bolsillo, la actriz comienza a dejar huella y promete un grandioso futuro.
El arco del personaje principal está bien construido y ejecutado en todo momento; quizá lo peor de la cinta sea su último acto. Pareciera no tener tanta fuerza como el resto del metraje, pero hay que reconocer que aún así termina siendo satisfactorio y nunca deja de tener sentido. Eso sí, a Wright pareciera importarle más lo maravilloso que lo propiamente real (y qué bien le sale).
Por último, las referencias. Se nota que Edgar le gusta ver buen cine, viejo y actual, y en cada propuesta tiene bien en claro lo que quiere. Párrafo aparte a su homenaje a Pulp Fiction de Tarantino (o si nos retrasamos más, a Fellini). Wright contó en una entrevista que fue Quentin quien le propuso la idea del nombre del film y, como son buenos amigos, no sería nada extraño que hayan charlado varias cosas más sobre cómo encarar la cinta.
Last Night in Soho es un thriller psicológico de fantasía que no defrauda y, por el contrario, supera las expectativas. Si bien a muchos puede no convencerles algunas cosas propias de la trama, el film resulta un hipnótico viaje en el que Wright demuestra su habilidad para conseguir el ritmo justo en cada escena y salta de una época a la otra con soltura. Nos recuerda que es en la sala de cine donde realmente ocurre la magia. Ideal para los amantes de la buena música.
Puntaje: 8,5/10
Por Manuel Otero