La inseguridad en la Argentina no es una sensación, sino una realidad que puede percibirse en las calles. No hace falta aventurar en calles desconocidas para encontrarse con algún tipo de asalto. En “El motoarrebatador” se refleja claramente esta situación cotidiana. Agustín Toscano, director y escritor de la película, nos trae un muy buen producto de tierras tucumanas.
Como bien se expresa en el título, se cuenta la historia de un motoarrebatador llamado Miguel Ángel (Sergio Prina) que, en compañía con El Colorado (Daniel Elías), asaltan a Helena (Liliana Suárez) a la salida de un cajero automático. Luego de consumado el robo, la mujer termina internada por múltiples lesiones y Miguel se siente culpable por lo cometido. Por esta razón, intenta redimirse no sólo con ella, sino que busca enderezar su vida, esquivando el camino del delito.
La fotografía de este largometraje es sumamente cuidada y acertada para representar una historia triste, teñida por momentos de humor. La dirección de Agustín Toscano puede atrapar por completo al espectador en la película o directamente repelerlo. En ese sentido, el film es una experiencia interesante. Sin embargo, el guion no es convincente. No existen huecos en el mismo, pero las resoluciones de los conflictos en cuanto a motivos en la trama no atraen, ya que se sienten poco realista; en una cinta donde la verosimilitud es vital, aquel aspecto disminuye el resultado logrado.
Las actuaciones principales de Sergio Prina y Liliana Suárez son sumamente dignas y para respetar. Ambos logran imprimirle a sus respectivos personajes un carácter que los forma como gente que puede encontrarse en las calles. En otras palabras, sus actuaciones están al nivel de lo cotidiano y, en una película donde la inseguridad y la realidad son las vértebras argumentales, significa mucho.
De Tucumán al Festival de Cannes de este año, “El motoarrebatador” se alza como una película que sorprende. Con actores poco conocidos, el film es sumamente respetable y una buena recomendación para aquellas personas que no están familiarizadas con el cine argentino por cualquier motivo existente. Agustín Toscano, en su primera prueba como director solitario de cine (nota: dirigió “Los dueños” con Ezequiel Radusky en 2013), sin dudas, sale airoso de tal aventura.