Comenzamos viendo como dos individuos esperan a su víctima que está sacando dinero del cajero automático, cuando sale le arrancan su cartera con total brutalidad e impunidad, como no la suelta la arrastran por la calle y la dejan herida y tirada en la vía pública.
Todo este hecho se desarrolla en las afueras de la ciudad de Tucumán donde la policía se encuentra de paro y la gente saquea distintos negocios, se llevan cosas con total impunidad, por lo tanto hay libertad para el delito. Esa mañana el conductor de la moto era Miguel (Sergio Prina), quien a pesar de estar separado ve a su ex, y pese a que se llevan bastante mal, porque tienen un hijo llamado León de 11 años, con ella cada tanto tienen algún encuentro sexual. Miguel es adulto pero aun vive con su padre.
Este delincuente se siente culpable, lleno de remordimientos y ante el brutal robo, acude a visitar a la mujer herida al hospital, él conoce sus datos porque tiene sus documentos, ella es Elena Suarez (Liliana Juárez) y por el hecho tiene amnesia total. Haciéndose pasar por un familiar comienza a visitarla, a meterse en su casa y su vida, entre ellos comienza a nacer un vínculo especial.
Es un film profundo, inquietante que habla de las personas, de los seres marginales, de las segundas oportunidades, de las ambiciones, sin golpes bajos, hay un planteo moral y tiene un sutil toque de humor. El director además logra una buena combinación entre tragicomedia y thriller psicológico. Esta película fue presentada en el festival de Cannes este año.