El Muerto Cuenta su Historia es una película argentina dirigida por Fabián Forte (Mala Carne, Socios por Accidente 2) y co-escrita por Fabián Forte y Nicolás Britos. Relata la historia de Ángel, interpretado por Diego Gentile (Relatos Salvajes), un adicto a las mujeres. Él es un hombre infiel que pasa a ser esclavo de un grupo de diosas-vampiro celtas que tienen como plan lograr el matriarcado en la tierra. Ellas tienen bajo su control a un selecto grupo de hombres que han atentado contra el género femenino. La vida de Ángel se transforma en un calvario al convertirse en un agente del plan que busca borrar el poder de los hombres en el mundo.
Con una historia bastante bizarra que roza con elementos de terror de clase B, podemos ver las diferentes peripecias por las que atravesará Ángel y con una crítica al mundo machista del día de hoy. El elenco de por si es correcto, pero los actores lamentablemente no pueden lucirse demasiado, en especial las antagonistas, a cargo de Emilia Attias (Contrasangre, Dolores) y Viviana Saccone (Necrofobia, Expediente Santiso), ya que el guión falla varias veces en establecer una estructura bien definida para que los personajes puedan tener un objetivo claro y un arco de transformación. Esta película, también, presenta algunos elementos de humor, pero son muy pocos los que logran un efecto en el público. La escena en la que más se destaca esto es en el asado que realizan estos hombres muertos-vivos o la escena final en la estación de servicio.
En cuanto a la realización, se obselva un trabajo sólido entre los departamentos de fotografía y arte, siendo lo más destacable de la película. La fotografía logra construir diferentes climas lumínicos, donde las tonalidades frías son las protagonistas, con muchos azules y verdes que caracterizan la noche sombría y lo sobrenatural que rodea al protagonista. Asimismo, el arte de la película se destaca principalmente con los personajes sobrenaturales, donde se destaca un gran trabajo detallado de maquillaje y prótesis ya que, como aclararon en varias notas, el 80% de los efectos especiales son prácticos y realizados manualmente. El 20% restante se realizó a través de animación digital o CGI y es acá donde puede llegar a descolocar al espectador, porque es muy notorio el uso de este recurso, tal como en la lengua del personaje de Attias o en el mismo cielo nocturno. En cambio, la animación utilizada para los créditos iniciales es muy destacable.
Al mismo tiempo, el montaje resulta raro en algunas escenas donde hay pequeños cortes a negro que no quedan claro si son un recurso visual/narrativo o simplemente un error, como así también la clara repetición de un plano general de la ruta en la que se ve un auto conduciendo bajo la luz de la luna.
La banda sonora, por su lado, acompaña correctamente las escenas y los climas que se generan a lo largo de la película, con música incidental compuesta por Pablo Sala, pero que no logra crearse un leiv motiv o una composición que se destaque del resto. Igualmente, es el uso de los efectos sonoros o foley durante todo el largometraje, donde, por ejemplo, unos simples pasos parecen ser hechos por latas de arveja en vez de zapatos y quedan de manera tan artificial que no queda claro si parece hecho a propósito o es porque no pudieron hacer un buen trabajo de sonido.
En conclusión, se puede decir que este film, que mezcla de manera bizarra humor y terror, no termina de cerrar como historia a pesar de tener un buen actor como protagonista, ya que varios personajes quedan muy colgados en la trama y posee un final muy plano que parece que no supieron como terminarlo.