Mezcla de géneros
Es muy difícil conseguir un equilibrio en la combinación de comedia con elementos fantásticos o de terror. Cada género tiene sus reglas, que entran en colisión al juntarse, complicando el manejo de las reacciones del espectador ante cada escena. Así, a veces lo cómico no es tan gracioso y lo terrorífico no asusta tanto.
El muerto cuenta su historia se aventura por este camino sinuoso de la mezcla de géneros y no logra salir airoso. El humor funciona sólo en partes y el terror apenas se vislumbra en algunas escenas cuya estética está bien lograda. El cambio de clima no se produce cuando debería y prima el tono de comedia casi hasta el final.
El guion construye una trama que es bastante entretenida, pero nada sutil con respecto al mensaje que quiere enviar al público. La fábula de Ángel, un director de publicidad, mentiroso y superficial, que ve a las mujeres como objetos sexuales, tiene un tono fantástico desde el principio, en el que la voz del protagonista nos cuenta que está muerto y empieza a relatarnos su historia. El estado de muerte en vida en el que se encuentra se debe a una especie de hechizo de un grupo de mujeres, que incluyen a Emilia Attias y Viviana Saccone en plan de bellas brujas que quieren recuperar el poder perdido del género femenino. Mientras tanto, la esposa de Ángel (Moro Anghileri) y su hijita intentan comprender qué le está sucediendo.
La película está siempre dirigida hacia el doble objetivo de divertir y enviar un mensaje de igualdad de géneros. En el trayecto deja de lado la voz en off que guiaba el relato, trata con poco cariño a sus personajes y se vuelve un poco confusa en el planteo de sus ideas. Hay mucha ambición y algunos aciertos, pero el film no termina de triunfar en su aspecto ideológico ni en su función de entretenimiento de género.