Un guapo del 1900
No por casualidad este documental de Sebastián Martínez (ver entrevista) pasó hace pocos días por la sección Deconstrucciones del FIDBA, en esta atípica manera de exhibirse por vía virtual, porque es precisamente la deconstrucción de la mítica figura de Francisco Piria el eje central de la obra, que no solamente toma como referencia a la ciudad de Piriápolis (R. O. del Uruguay) sino que genera un interesante contrapunto entre un coro de voces y un eco que las recorre, tal vez desde la imaginación o al menos de una ausencia que se hace presente en cada espacio surcado.
Habla mucho de su creador aquello que resiste al total abandono aunque es visible que lo que el presente refleja dista mucho de un esplendor del pasado. Quizás una de las incógnitas por revelar responda a esa pregunta incómoda que tiene que ver con una época del 1900 atravesada por numerosas líneas y aristas, que van entre proyectos ambiciosos a una tensión irresuelta entre idiosincrasias diferentes o formas de entender el futuro de un país.
Piriápolis representa entre muchas cosas la puesta en marcha de una utopía; la trasnochada idea de un visionario europeo en una geografía completamente virgen, pero que a la larga fue encontrando sus límites con el correr de las décadas. A Piria, tal como refleja ese mosaico de voces, no se lo puede etiquetar bajo ningún modelo y pareciera que gran parte de ese conflicto fue pura y exclusivamente por su coherencia respecto a lo que sentía que debía hacer como otros pioneros que comparten esa paradójica tragedia de vivir en un tiempo equivocado.
Entonces, desde ese punto de referencia cualquier arista que lo cruce en su turbulenta -aunque persistente marcha y contramarcha- le cabe en un traje que lejos de quedarle grande a veces lo mostraba tal cual era: poco complaciente con la impronta conservadora de la época y muy ágil para el negocio de lo nuevo.
El mundo entero como documental de descubrimiento funciona al haber encontrado en el recurso de la voz como guía una manera de orientar al espectador para que el cúmulo de información, historias y misterios no se pierdan en esos laberintos repletos de símbolos, detalles y silencio.
Sebastián Martínez consigue así con su opus la construcción de un pasado desde el presente del olvido hacia el futuro del recuerdo.