He aquí una película bendecida por el talento (Pre-seleccionada para el Oscar como Mejor Película Extranjera, Premio del Jurado en el Festival de Varsovia y Premio de Público en el Festival de Zurich).
Narra la historia de Alex (Ljubek) y su peculiar viaje a bordo de un tándem para recuperar su identidad perdida. Su mentor, su guía y su sostén es su abuelo (Manojlovic), que usará el backgammon como fuente filosófica y pedagógica para esta travesía de descubrimientos.
La película es un torbellino de escenas (construidas con suma calidad) que forman una doble Odisea: recordar y entender el pasado para poder comprender el presente.
Una fotografía repleta de esplendor y una banda de sonido excelente nos dejan en las manos el gran imperio cultural que son las tierras balcánicas, sus paisajes, sus costumbres, sus pueblos, su tradición y su manera de entender la vida.
Miki Manojlovic (Gato Negro, Gato Blanco) brilla en la pantalla, otorgando una convincente y conmovedora actuación. Es él, mediante la genialidad del director, el que brinda los mejores momentos de la película.
Un viaje es siempre una posibilidad para conocer pero también para conocerse a uno mismo. Y mientras vemos el trabajo interior de Álex, quizá veamos algo de nosotros mismos en él. Porque esta película es una generosa y conmovedora crónica sobre los vínculos humanos y cómo ellos nos definen. Sus breves pero profundas oraciones sobre el backgammon y su relación con el secreto de la vida y la ética para tener bienestar son realmente para pensar, re-pensar y atesorar.
El juego de mesa, como centro crucial donde se apoya el guión y la trama, le ha dado un interesante giro al uso de la metáfora y el simbolismo en el cine. Pero sobre todo da algo muy valioso al espectador: la posibilidad de mirar una película con el corazón en las manos, pues de él habla y hacia él apunta mediante todas las herramientas que el celuloide puede brindar. Y si piensan que conectarse con el corazón de uno mismo puede ser difícil, no se preocupen, esta película les da el atajo para permitirse ver una historia repleta de solidaridad, sabiduría, ternura y amor. Amor hacia el prójimo, hacia tu tierra, tu pasado, tu tradición y amor hacia uno mismo.
Hecho con tierna simplicidad y una profunda humanidad, este film tiene todos los ingredientes para convertirse en un delicioso e inolvidable festín de sensaciones.