La historia de un eterno perdedor.
El mundo según Barney una gran película por muchos motivos. Al estupendo elenco interpretativo hay que sumar una historia humana que consigue tocar al espectador donde menos lo espera.
El mundo según Barney contiene situaciones y personajes ricos, en momentos la película tiene dificultad de encontrar el tono adecuado para contar una historia melodramática que en pantalla se inclina más por el drama que por la comedia. Por momentos nos brota sonrisa y por momentos tristeza, tiene una amalgama de momentos que contienen un bello equilibrio.
El humor engancha al espectador, la ironía y el sentimentalismo seducen a meterse dentro del film y los personajes.
Todo se va narrando durante décadas montado sobre el hilo del personaje y sus situaciones amorosas.
Con excelentes interpretaciones, un medido Dustin Hoffman, y un Paul Giamatti, que personifica a un bebedor y fumador compulsivo se destacan sobre los demás.
La película bucea en el mundo de los éxitos y los fracasos de este querible y por momentos repulsivo personaje. Matrimonios express, amores imposibles y el mundo de arte contra la televisión basura como telón de fondo.
La dirección del film es muy correcta y no se hace notar en ningún momento salvo con ciertos matices en la fotografía, que se utilizan sabiamente para marcar las distintas etapas en las que ocurre la historia.
Por momentos la película parece un poco dulzona, un poco idealista, pero esos detalles se superan con excelentes actuaciones y personajes perfectamente logrados.
El Mundo de Barney es una película sobre el amor, la amistad y la lealtad, el espectador conseguirá salir del cine y pegarse una buena reflexión.