Una comedia brillante, tierna y divertida. La comedia romántica ha sido monopolio casi exclusivo del cine americano, pero de pronto, con “Mi Primera Boda” nos llega un soplo de aire fresco y puro en forma de una elegante e innovadora comedia romántica, en clave de humor con cierta corrosiva acidez. Los preparativos de la boda y las relaciones de pareja se dan en el contexto de un delirante, heterogéneo y entrañable grupo de personajes que inundan la pantalla de simpatia y sin cordura. Desde el inicio de títulos, la comedia tiene un brillo muy particular. Cabe destacar que fueron realizados por el dibujante Liniers, y nos van contando la historia de estos dos personajes principales, Natalia Oreiro como Eleonora, y Daniel Hendler como Adrian. Ya desde la secuencia de títulos vamos viendo como nació este amor que termina en la primera boda, la espectacular fiesta que espera toda novia, la cual se ve empañada por desaciertos e inconvenientes por todos lados. Desde las paginas de un imaginativo y prodigioso guión de Patricio Vega, (Musica en Espera) y dirigida con brillante eficacia por Ariel Winograd (Cara de Queso) el cual acierta de pleno en el planteamiento del film, Si leemos su entrevista en locoxelcine sabremos el por qué. Brillante, tierna y provocativa, simpática y alocadamente atrevida, “Mi Primera Boda” es un film de desbordante sentido del humor, en la mejor tradición del nuevo cine de comedia argentino. La película tiene dos brillantes actores principales, pero los mismos se encuentran rodeados por figuras secundarias de gran nivel en comedia. Tenemos al personaje de un conmovedor Daniel Hendler, perfecto en la matizada interpretación que hace de un papel que requiere tacto, sensibilidad y una acertada modulación en el gesto y la expresión para no caer en la caricatura. Por otra parte tenemos a una Oreiro, que además de lucir su bellísima figura y su carisma, tiene durante todo el transcurso del films matices muy notables, que dan vida a un personaje de magnética personalidad y aparente seguridad emocional, ella quiere su fiesta “perfecta” como toda novia. Sublime y deslumbrante actuación de un elenco de carismáticos actores secundarios, a los que el soberbio guión del film otorga ese momento de gloria y de lucimiento de todos, sin excepción Los amigos de Adrian (Daniel Hendler) dan un punto especial y funcionan de maravilla en la historia, cada uno con una personalidad diferente, que los hace únicos. Todos los personajes tienen su momento y cada uno de ellos ofrece una visión única y particular de las cosas enriqueciendo con textos que explotan, y hallazgos actorales formidables. En la película tiene el papel de malo Imanol Arias, un gusto del director, y un Martin Piroyansky desopilante e increíble, Alan Sabag demuestra tener una dotes de comediante destacado…. Ah y no se pierdan al DJ de la fiesta, “una perlita”. Si reunimos el talentoso reparto de Mi Primera Boda con un guión sarcástico, original y divertido, nos encontramos con un film que ciertamente no huye de su condición de ser una comedia romántica, pero que se ríe de ella misma en las numerosas situaciones que nos presenta. Su humor es suave y sutil, pero es a la vez muy acertado. Con grandes dosis de un humor más ácido y auténtico, como las charlas del rabino y el cura, o los delirios del abuelo. Tiene clase y lo más importante, es una película entretenida y alegre, con una idea central muy original al menos en el cine argentino. Con esta comedia Ariel Winograd ha demostrado sobradamente ser un cineasta capaz de entretener con enorme sagacidad.
La historia de un eterno perdedor. El mundo según Barney una gran película por muchos motivos. Al estupendo elenco interpretativo hay que sumar una historia humana que consigue tocar al espectador donde menos lo espera. El mundo según Barney contiene situaciones y personajes ricos, en momentos la película tiene dificultad de encontrar el tono adecuado para contar una historia melodramática que en pantalla se inclina más por el drama que por la comedia. Por momentos nos brota sonrisa y por momentos tristeza, tiene una amalgama de momentos que contienen un bello equilibrio. El humor engancha al espectador, la ironía y el sentimentalismo seducen a meterse dentro del film y los personajes. Todo se va narrando durante décadas montado sobre el hilo del personaje y sus situaciones amorosas. Con excelentes interpretaciones, un medido Dustin Hoffman, y un Paul Giamatti, que personifica a un bebedor y fumador compulsivo se destacan sobre los demás. La película bucea en el mundo de los éxitos y los fracasos de este querible y por momentos repulsivo personaje. Matrimonios express, amores imposibles y el mundo de arte contra la televisión basura como telón de fondo. La dirección del film es muy correcta y no se hace notar en ningún momento salvo con ciertos matices en la fotografía, que se utilizan sabiamente para marcar las distintas etapas en las que ocurre la historia. Por momentos la película parece un poco dulzona, un poco idealista, pero esos detalles se superan con excelentes actuaciones y personajes perfectamente logrados. El Mundo de Barney es una película sobre el amor, la amistad y la lealtad, el espectador conseguirá salir del cine y pegarse una buena reflexión.
Dura y cruel búsqueda en el paraíso de la guerra. El director elige una estructura y una forma de narrar la historia muy certera mostrándonos y a su vez ocultándonos inteligentemente el pasado dentro del presente en esta dramática obra. Hay momentos con ritmos teatrales, los cuales sirven para tomar respiro y procesar lo que estamos viendo. Eso indica un excelente manejo de tiempos y espacios dentro del film. Los hilos narrativos nos muestran la historia de una hija buscando a su hermano en una tierra avasallada por la guerra, y también los pasos de su madre, que antes de morir le deja como recado encontrarlo. El escenario de la búsqueda es una pequeña porción entre Gaza, el Líbano e Israel, una porción de tierra bañada en sangre en un pasado y envuelta en fuego en el presente. Odios y luchas fundamentalistas en nombre de dios son el tema principal en esta película cruel y realista, con escenas sorprendentes (como la de un micro en medio del desierto), y una fuerza vertiginosa y arrolladora en memorables actuaciones. Esta película es una clase de cine en cuanto al lenguaje cinematográfico. Maneja el suspenso, impacta, sorprende y fascina por su trasfondo narrativo. Al verla uno como espectador está obligado a pensar, a dejarse llevar inteligentemente por los hechos que suceden uno a uno, en un relato inquietante y emotivo. Este juego entre el pasado y el presente, la búsqueda inquietante de la protagonista siguiendo los pasos de su madre, esta tan bien de guion y plasmada en la pantalla, por Denis Villeneuve, que nos transporta al interior de la cruel historia
¿Mujer florero?, ¿o mujer que algo esconde detrás de un florero? Estamos frente a una comedia rica y divertida. François Ozon hizo una película a la medida de Catherine Deneuve. Ella canta, se divierte y se mueve en el set con comodidad. Catherine interpreta a Suzanne, una mujer que al inicio del film es sumisa pero dentro de su sumisión deja escapar cierta sonrisa picara, algo que nos da a entender que hay cosas que no sabemos y que iremos descubriendo durante todo el desarrollo de trama. Como verán hable solo de Catherine Deneuve, y es que ese es el problema de Mujeres al Poder. Todo está hecho para el lucimiento de la bella actriz. Ozon, el director, está embobado con ella y no puede ocultar su admiración en cada plano. La película se ve setentosa desde la fotografía, las actuaciones y los encuadres, y si bien esta ambientada en esa década se podría haber contado de una forma un poco más moderna. Tiene un sentido social, muestra la sociedad de los 70 en Francia con un patrón capitalista, duro, autoritario y mujeriego en manos de Fabrice Luchini, y un alcalde de izquierda interpretado por Gérard Depardieu. Suzzane también tiene un hijo gay y una hija con ideas conservadoras como la de su padre. Este esteriotipo familiar podría bien llenar un cóctel pero se diluye cuando el director, posa la cámara sobre la siempre sonriente Deneuve.
Más historias vergonzosas de la política en los Estados Unidos. Siempre me gustaron las películas de espías. Tramas secretas, y descubrir en medio del celuloide pequeños datos que nos lleven en busca de quién es quién dentro del argumento. “Poder que Mata” es un film que esta en el medio de “Identidad Desconocida” caso Bourne, y el bodrio de Sr. Y Sra. Smith. Y al estar en el medio, coquetea con ambas. La película se centra en el espionaje político en la era Bush, y en el cómo explicar al mundo si existen en realidad las armas de destrucción masivas en territorio de Saddam Hussein. Complots, conspiraciones, secretos y paranoias en torno a una trama que, según reza la película, esta basada en hechos reales. Tanto Naomi Watts como el impecable Sean Penn ayudan en un 100% al director a darle cierto realismo a las escenas, transmitiendo credibilidad a sus angustiados personajes A Poder que Mata le falta algo del factor sorpresa. Ni los guionistas, ni su director Liman saben (o quieren) darle el suficiente aire dramático que la película podría tener. Da la impresión de que tienen mucha prisa por terminar y hacen un trabajo lineal y rutinario, sin profundizar en los matices que podrían haber atrapado el verdadero interés que esta historia encierra.
Cine de amor independiente. Un film sincero, fresco, conmovedor, sin artificios. Así se cuenta la historia en “Blue Valentine” Es una película de amor, romántica, pero sin esa pegajosidad que de tanto en tanto nos tiene acostumbrado el cine del corazón, donde todo se corta con la misma tijera. Acá vemos una historia cruda, contada con cuadros bien compuestos y naturalmente fotografiados. La cámara esta metida ahí, sin molestar y mostrando todo. Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams), los protagonistas de “Blue Valentine”, nos muestran que la vida en familia no es todo color de rosa, que ocurren cosas… discusiones, reconciliaciones, monotonía, cambios de opinión, gritos… todo el universo que los rodea no es perfecto. Cuando vemos el film estamos frente al nacimiento y a su vez a la decadencia de una relación. La película está narrada con idas y vueltas en el tiempo, teniendo como eje la relación. La misma atraviesa buenos momentos, y otros que no son tan buenos. Esos cambios de tiempo, esas idas y vueltas, están planteados bajo el guión y la dirección de Derek Cianfrance con una exactitud, y un timming perfecto, entrando y saliendo de las escenas con total naturalidad. Por momentos da la sensación que, atravesando la línea del presente al pasado, el film busca el punto donde se deterioro la relación, el momento en el que el desgaste, el agotamiento, y el vació interior provocan hasta a las parejas con más futuro una caída al abismo. Las notables actuaciones nos demuestran que existe muchísimo trabajo y conocimientos entre los dos personajes principales y las miradas cómplices y la naturalidad en los gestos nos hacen vivir a pleno este film.
Amantes de los fierros y la acción, esta es su película... Tengo vistas todas las entregas de la saga de Rápido y Furioso. Me gustó la primera, pero luego caímos en obras regulares que no contaban con los protagonistas estrella, pero cinco partes más tarde, llegamos a esta, en la que todos están reunidos Me animo a decir que es la que mas me gustó, la cantidad de planos le dan vértigo y le dan vida a los personajes, impregnando adrenalina por todo el ambiente. No busquemos en la peli situaciones lógicas, ni los diálogos de Pulp Fiction. Sólo analicemos la parte acción, con la que los amantes del genero no se verán decepcionados. Hay situaciones que rozan con lo absurdo y tienenese típico cancherismo de repetir frases en situaciones de total peligro que terminan divirtiendo. Dom Toretto (Vin Diesel) y Brian (Paul Walter), acompañados por la bella Mia (Jordana Brewster), se convierten en fugitivos del FBI, y escapan a Rio de Janeiro. Allí elaboran un plan maestro para robarle dinero al mayor narcotraficante del país, para lo cual deben reunir a un equipo de expertos en diferentes categorías, formado por caras nuevas y conocidas de la franquicia. Una vez juntos, dejan todo y se unen al gran golpe, al estilo Ocean’s Eleven. El que los persigue es nada más y nada menos que Dwayne “The Rock” Johnson, toda una figura a la hora de imponer autoridad, con voz firme y potente imparte órdenes, y su presencia realmente le suma adrenalina a la película. Justin Lin es el director de las ultimas sagas de Rápido y Furioso y se luce con escenas de acción perfectas y espectaculares. Hay momentos en los cuales no sabemos dónde puso la cámara, logra hacer vibrar el proyector. Rápido y Furioso 5 cumple todas las reglas del cine de acción. Tiene alguna que otra parte donde parece que cae, pero es para aprovechar, descansar, tomar aliento, poner quinta a fondo, y volvernos a subir esta adrenalínica montaña rusa.
Un cóctel de penosa comedia y malas actuaciones. Queridos cinéfilos, amantes del séptimo arte, nunca inicie una review de esta forma. No voy a decir nada sin que ustedes vean este trailer, y luego les invito a continuar leyendo mi crítica. No hagan trampas, vamos al adelanto… ¿Ya vieron el trailer? Bueno, ahí está lo más divertido de la película, si es que hay algo que les divirtió, o al menos les intrigo para verla. Y como cuido su bolsillo a la hora de que elijan un film, acá va mi breve crítica sobre esta “comedia”. La película cuenta la historia de Ernesto Pérez Roble (interpretado por un Enrique Pinti hiper maquillado), y de la disputa de la herencia por parte de sus hijas, dos mujeres que no se conocían: Juana Pérez Roble (una exagerada Moría Casan, con todos los clichés y sobre modismos que ella tiene como “actriz”), y su hermana Camila Lamonica (Nacha Guevara). La película por momentos aspira al humor inteligente estilo Almodóvar, pero difícilmente provoque una risa. Cae en lo absurdo y chabacano, pasa por situaciones tomadas de los pelos, penosas, y con musicales espantosos de bailanta. Da la impresión que el director de Paco le erró en demasía con esta película. Diego Rafecas no es el mismo cineasta, o tomó el camino equivocado. Cruzadas sufre de falta de continuidad, una pésima dirección de actores, y con elecciones técnicas discutibles, como planos y contraplanos innecesarios que no llegan a contar ni a aportar nada. Completa el plano actoral una excelente Alejandra Majluf, la actuación de Eduardo “Cabito” Massa Alcantara, y Carlos Belloso, quienes con oficio dan algo a la obra, también cabe destacar la participación de Claudio Rissi y Willy Lemos. No voy a entender nunca ciertos planos injustificados, ni el humor que quizo explotar el director. Es lamentable que el cine nacional tenga credito para este tipo de piezas. Si bien el INCAA tiene que otorgar una cierta partida de crédito para películas “populares”, sería bueno ajustar un poco la puntería, ajustar un poco la mira y que no ande tan “Cruzada” la línea de tiro.
Más que un drama, ¡un dramón!, no se olviden los pañuelos descartables Debut de Shana Feste como directora. Un debut potente, en el que Shana no escatima con los golpes bajos en busca de la lágrima del espectador, que termina atragantado hasta el último aliento. El guión también corrió por su cuenta, por lo tanto las escenas son manipuladas a su gusto, siempre derivando al golpe bajo trágico. Con momentos ya transitados en varios films y situaciones trilladas de otros, este drama tiene un par de guiños que se dejan llevar. Los personajes de Brosnan y Sarandon, por momentos, parecen disputarse el quién sufre más la pérdida del hijo, pero más allá de eso, ambos intérpretes manejan las situaciones con muchísimo oficio. Al drama planteado en Prueba de Amor le falta equilibrio. Comienza sumergido en una tragedia y uno espera que en algún momento reflote, pero no es así queridos espectadores, el drama sigue y sigue, sin dar un segundo de respiro. Por momentos nos sumergimos en la empatía y sentimos el dolor de los protagonistas, pero todo se pierde cuando el dolor es expuesto en un tan evidente primerísimo plano. Como consecuencia, el resultado es un drama muy mal trabajado. A llorar, y llorar y salir con un nudo en la garganta.
Brillante epopeya del hito más grande de la historia argentina Género olvidado, el de contar la historia de nuestros héroes. También un género difícil: hay que saber narrar y ser creíble, es una mezcla de documental de época con película épica y drama. La historia del General San Martin cruzando la cordillera la aprendemos en los manuales de nuestra primaria, la volvemos a ver en historia del secundario, y todos los años recordamos la muerte del héroe de bronce. Por lo tanto conocemos tanto esa historia que al verla plasmada en una pantalla, inmediatamente comienzan las criticas, y nos preguntamos, ¿San Martín era así? ¿Hablaba español con acento criollo? San Martin, muy bien logrado por Rodrigo de la Serna, muestra su carácter, humanidad y coraje. Pero por sobre todas las cosas el gran prócer de bronce nos muestra una faceta como comandante de tropa, jugando al ajedrez con sus soldados. Como hombre y padre de familia, mirando tiernamente a su hija, y pidiéndole perdón a su mujer. Vemos al personaje y nos encariñamos con él, mas allá del cariño y admiración que representa la figura de un señor actor de la Serna. Recordamos a El Santo de la Espada, película de Leopoldo Torres Nilson, y para aquellos que vieron la interpretación de Alfredo Alcon como nuestro icono cinematográfico de San Martin, tan acartonado y solemne, podrán notar la diferencia actualizada del Padre de la Patria. Revolución se filmó en escenarios naturales y las escenas de guerra lograron ser muy logradas y cuidadas, con una posproducción muy real a la hora de montar tomas con varios soldados caminando por la cordillera. Por momentos la película cae en algunos tics y situaciones que contienen cierta obviedad, y algunos diálogos algo escasos dentro del contexto de una guerra, de todas formas dejan abiertas ciertas vetas para la interpretación del espectador. El sonido y la fotografía son buenos y parejos, con calidez cuando el guion nos transporta al flashback y algo más azulada cuando estamos con el narrador un anciano llamado Manuel Corvalán, personaje de ficción que interpreta al secretario de San Martin en sus años mozos, el cual es entrevistado por un impaciente periodista en un asilo perdido de nuestro país, dejando entrever algo que sucede siempre en toda guerra: nuestros héroes, olvidados. Porque eso es Corvalan: un héroe olvidado. Revolución, lejos de ser un manual del alumno o una enciclopedia dándonos una clase de historia, es una pieza cinematográfica, lucida, y brillante.