La versión de mi vida. Las partes del todo
Ganadora de un Globo de Oro al mejor actor de comedia y nominada entre otros, a los premios Oscar 2011 y al León de Oro en Venecia, la película marca el retorno a la gran pantalla de Richard J. Lewis luego de años dedicado a la televisión. El resultado es una historia interesante, que conmueve y logra entretener a lo largo del relato.
El film, adaptado de la última novela escrita por el canadiense Mordecai Richler, muestra la vida de Barney Panofsky (Paul Giamatti), un exitoso empresario y productor de filmes para adultos que aparentemente lleva una vida acomodada. Pero la publicación de un libro que lo involucra con la muerte de su amigo Boogie (Scott Speedman) muchos años atrás lo hará rememorar su pasado, en un intento por dilucidar lo que pasó, a la par de otras decisiones que marcaron su vida.
De esta manera, la película maneja un constante ir y venir entre 1974 y 2010, desde que el protagonista es un joven dubitativo con respecto a qué hacer con su vida, hasta convertirse gracias a su tío, en el hombre de negocios que es en la actualidad.
Sus recuerdos lo llevarán a lo largo de dos continentes hacia los diversos conflictos y situaciones que ha atravesado, como sus tres matrimonios, la relación con sus amigos, que muchas veces lo lastiman o lo hacen sentir sapo de otro pozo, o el encuentro con el amor de su vida en el lugar menos esperado.
El problema es que cada vez que algo importante sucede, Barney se emborracha y pierde la noción de los hechos, por lo cual muchos de sus recuerdos son parciales, y le jugarán una mala pasada.
Hay una intención del director de retratar el amor de la pareja como el pilar fundamental en las relaciones humanas, no sólo desde la óptica del romanticismo sino también considerándolo como una pulseada de poder. Al mismo tiempo sobrevuelan en toda la película de modo implícito temas existenciales en tono de comedia o drama, alternativamente. La música acierta al ambientar varios de estos momentos, aportando un aire descontracturado que da equilibrio y continuidad a las escenas.
Cabe destacar el gran trabajo de maquillaje realizado por Adrien Morot, que recibió la nominación al Oscar en este rubro, al transformar con excelente precisión los rostros del todo el elenco a la par del paso de las décadas.
Giamatti se luce en el rol de Barney Panofsky, con sus debilidades y virtudes, sus arranques y su fragilidad. Toda la película se apoya en él, y ese mérito le permitió alzarse con el Globo de Oro como mejor actor protagónico, además de recibir menciones en otros festivales de cine europeos. El elenco se completa con las actuaciones de Rosamund Pike, Minnie Driver, Rachelle Lefevre, Bruce Greenwood y Dustin Hoffman, que interpreta a Izzy Panofsky, padre de Barney, en una breve pero destacada participación.
Una película recomendable que invita a la reflexión sobre la soledad, las decisiones de la vida y el significado del amor.