Es lo que se podría llamar una aventura romántica, es decir, con un protagonista al que se lo muestra en diferentes momentos de su vida. Aparecen sus amigos, amores, excesos, familiares y pareceres sobre eso que todo el mundo dice que sabé como encarar. Rompiendo con la temporalidad lineal, el director le saca el jugo a un gran actor como Giamatti, quien ganó el Globo de Oro por su actuación. Con facilidad, la película va rozando los bordes del melodrama matizandolos con toques de comedia agridulce. Barney es un tipo común lucha por sus ideales muchas veces contrarios a su entorno y a él mismo. Pero su tenacidad y espíritu libertario lo ponen continuamente a prueba. Resulta de ese relato un filme de dos horas llevadero gracias a los matices con los que se pintan los personajes y al mensaje: vivir sólo cuesta vida.