Muñeco derretido
Llega a los cines El muñeco de nieve (The Snowman, 2017), un policial protagonizado por Michael Fassbender en la piel de un detective alcohólico atormentado por la vida y su pasado, hasta que un día debe dejar todo de lado para descubrir quién es el asesino en serie que acecha la ciudad donde vive, con la ayuda de su compañera interpretada por Rebecca Ferguson.
La premisa y la historia están basadas en un best seller de Jo Nesbø que posee el mismo nombre que la película, séptimo libro sobre el detective Harry Hole de lectura atrapante por los interrogantes que presenta. No es el caso del film dirigido por Tomas Alfredson (Criatura de la noche, 2008) en el cual todo se desenvuelve de manera lenta y paralela.
El film muestra el trastorno de cada uno de los personajes -en la mayoría de los casos irrelevantes para la trama, lo cual llega a ser fastidioso-, y no conforme con esto se le genera un mal cliché a cada individuo: el policía malo, el bueno, el borracho, el que busca venganza, el pervertido, etc; todos marcan el poco trasfondo que poseen sin llegar a simpatizar con el espectador.
Michael Fassbender es lo más rescatable, su presencia actoral facilita que no se venga abajo la película. Sin embargo, las reacciones que tiene su personaje muchas veces no quedan claras a la hora de marcar la vara de qué es lo que lo motiva y que no. Sufre por situaciones que no son alarmantes sino irrisorias, pero en sucesos de tragedia y desesperación no muestra sentimiento alguno. Otro aspecto positivo es Rebecca Ferguson acompañándolo de manera correcta en los diálogos, logrando buena afinidad entre ambos.
La dirección de Tomas Alfredson no busca nada ingenioso sino plasmar tal cual el libro, aunque desde lo visual se podía esperar algo más. El muñeco de nieve no logra atrapar al espectador en el misterio que posee su historia, e incluso, aquel atento resolverá el caso antes de la mitad de la película.