Un misterio congelado
El Muñeco de Nieve es la adaptación cinematográfica de Tomas Alfredson (Tinker Tailor Soldier Spy) de la novela homónima del escritor noruego Jo Nesbø. En esta se presenta al investigador de la policía de Oslo Harry Hole como protagonista aunque esta historia corresponde a la séptima aparición del personaje en una saga que encuentra en esta obra su mayor éxito de ventas. Ese fue el motivo por el que se dicidiera empezar por este relato para su adaptación cinematográfica que incluye entre sus protagonistas a Michael Fassbender en la piel de Hole y a Rebecca Ferguson, Toby Jones, Val Kilmer y J. K. Simmons en los roles secundarios.
Como suele ocurrir con las obras de Nesbø, los primero que tenemos es una escena que dista bastante en términos temporales de los hechos principales que conformarán la historia y esta tiene que ver con una introducción de tipo más bien psicológico de lo que será el criminal o figura antagónica del relato. En este caso vemos a un joven de entre diez y doce años sufrir los abusos de una figura paterna que puede o no ser su padre biológico. Lo cierto es que como consecuencia de una de tantas peleas entre este hombre y la madre del chico, esta muere en un accidente de auto ante los ojos de su hijo. Una primera crítica hacia la película tiene que ver conque en la novela este joven, diremos apuntando a quienes no la hayan leído, tiene un rol mucho más activo que el del simple testigo del accidente.
Porque lo que sigue es un relato que responde a las características clásicas del policial negro donde un investigador recaba las pistas para descubrir la identidad de un asesino en serie que se caracteriza por elegir a sus víctimas entre las mujeres de mediana edad de la ciudad, que estén casadas, tengan hijos y experimenten serias dudas sobre quién es el padre biológico de sus criaturas. Haber decidido empezar con semejante cambio respecto de la novela en relación a un personaje que claramente tendrá mucho que ver con estos asesinatos que se producen varios años después de la muerte de su madre es demasiado arriesgado dada la gran carga psicológica que rodea a los crímenes que empezaremos a presenciar.
Sobre la elección del elenco hay que decir que hubo muchos aciertos a partir de un Michael Fassbender (X-Men, Alien: Covenant) que interpreta a un muy buen Harry Hole a pesar del poco tiempo que la película le dedica a sentar las bases de su personaje, un detective brillante pero con grandes turbaciones personales y un severo problema de alcoholismo. Rebecca Ferguson (La Chica del Tren, Misión Imposible: Nación Secreta) probablemente sea la que más brille en la piel de Katrine Bratt, enviada a Oslo desde el cercano pueblo de Bergen para hacerse cargo del caso del llamado Muñeco de Nieve, ese asesino serial de mujeres que construye un hombre con la nieve en cada una de las escenas de sus crímenes. Más adelante iremos conociendo también al multimillonario Arve Stop a cargo del siempre genial J. K. Simmons (Whiplash, La La Land) y a dos miembros de la policía de Bergen que es el lugar donde se situaría el origen del Muñeco de Nieve con las actuaciones de Toby Jones (Alicia a través del Espejo, Los Juegos del Hambre) y Val Kilmer (Deja Vu, Batman Eternamente). Y si bien el elenco no deja mucho lugar a la crítica aunque tampoco al elogio desmesurado, vale reconocerles como conjunto la dura tarea que les impuso la película de hablar siempre en inglés en medio de una historia que transcurre en Noruega, con personajes noruegos, que tienen nombres noruegos y donde el inglés es un invitado poco grato al que el espectador nunca se termina de acostumbrar dado el contexto.
De esta forma, El Muñeco de Nieve se erige como una aceptable adaptación de una novela interesante desde el punto de vista policial pero bastante sosa en términos de personajes y de esa profundidad psicológica que uno espera encontrar en historias de asesinos seriales turbados por su pasado. Si en la obra de Nesbø esa psicología que se propone estar siempre presente se queda corta desde su profundidad y su desarrollo, en la película esta falla se evidencia mucho más para obtener como resultado un relato plano, con giros poco sustentados por los hechos precedentes y un desenlace ultra simplificado que atenta contra ese juego mental que el espectador puede hacer en su propia búsqueda del asesino.