Todos aquellos que nos echamos las manos a la cabeza cuando el Estudio Ghibli anunció que cerraba sus puertas en cuanto a nuevas producciones animadas se refiere (en otras facetas como la de participar en proyectos ajenos en calidad de coproductores o en la venta de merchandising de la marca siguen actuando) podemos estar tranquilos, ya que su legado de indiscutible calidad sigue más vivo que nunca, gracias a una serie de autores y productoras -en este caso la Toho- que, si bien aún no han logrado alcanzar el nivel de excelencia de los Miyazaki o Takahata de turno (el listón es muy alto, no lo vamos a poner en duda), se les acercan bastante.