El muñeco diabólico
El género de terror ha dado gran cantidad de películas sobre muñecos embrujados, aunque solo un puñado de ellas son realmente buenas. Se siguen contando historias de esos juguetes al parecer inocentes pero que ocultan algo perturbador, y en los últimos años la que más repercusión tuvo fue Annabelle (2014): su aparición en El conjuro (The Conjuring, 2013) tuvo gran repercusión y un año después se estrenó la película sobre su caso. Pero el muñeco poseído más reconocido es Chucky, su primera película de 1988 contaba la historia de un asesino que por medio de un hechizo de vudú trasladaba su alma a un muñeco. Tuvo cinco secuelas.
Greta (Lauren Cohan) es una niñera que llega a una enorme casona antigua en Inglaterra dado que fue contratada por una pareja de ancianos para cuidar a su hijo Brahms. Lo que no sabe es que el supuesto niño en realidad es un muñeco y requiere una serie de cuidados que deberá seguir a rajatabla. Al no hacerlo comienzan a suceder una serie de extraños sucesos. La joven se apoyará en Malcom (Rupert Evans) el dueño de la tienda local quien lleva los pedidos cada semana a la casa.
William Brent Bell dirige el guion del debutante Stacey Menear. Bell se ha hecho conocido por la floja Con el diablo adentro (The Devil Inside, 2012), en este caso es su dirección la que lleva a buen puerto el film ya que el guion tiene algunas fallas y baches, hay algunos sucesos que merecen ser explicados un poco más para no dejar que los eventos queden tan librados al azar, aun así otorga algún que otro susto al público.
La fotografía y la dirección de arte son destacables, ilustran muy bien la zona y la gran residencia, además de la elección del muñeco, el cual está muy bien diseñado: en su inexpresividad hay algo que incomoda.
El niño no viene a ser la gran película que redefina el género, tampoco es una obra maestra, pero se deja ver, es entretenida y si se deja pasar ciertos problemas narrativos es bastante aceptable.