Escapándose de una relación tortuosa, Greta (Lauren Cohan, de TWD) llega a Inglaterra con un trabajo tradicional, ser niñera de un pequeño que vive en las afueras de la ciudad con sus padres.
Cuando llega al lugar todo se le hace complicado, los caprichos de la madre, los susurros del chofer, las excentricidades del padre, y, principalmente, las características del niño.
El niño en cuestión es un muñeco de cerámica, con caractérísiticas humanas, pero que no deja de ser un maniquí al cual Greta, por pedido expreso de sus “padres” deberá atender diariamente con una rutina más que exigente.
En un primer momento Greta cree que es una broma, pero al ver que los padres y Malcom (Rupert Evans), el encargado de proveer de víveres a la familia, avanzan en la situación, decide quedarse en el lugar sabiendo que la tarea sería mucho más fácil que lo que ella pensaba.
Pero “El niño” (USA, 2016), de William Brent Bell, avanza en el relato a paso discreto, demostrando una vez más, que una idea simple, vista en otras oportunidades, puede ser el paño para que una nueva historia plasme la idea clara y precisa y de esta manera consolide su propuesta.
Narrada con primeros planos y detalles, principalmente de la criatura en cuestión, la película juega con el fuera de campo y con el punch efectista que distrae de la trama principal para también así poder lo recurrente de la historia.
Greta comenzará a vivir en carne propia, y al no respetar una serie de reglas para criar a Brahms (el muñeco), una pesadilla que la llevará a imaginarse loca o desquiciada, hasta, claro está, el momento que la revelación de algunos giros claves potencien la historia.
La película está dividida en dos claras partes, una de avance sobre el territorio de la familia y el niño, y otra, con Greta ya establecida, en la que su pasado, su presente y la revelación de qué sucede realmente con Brahms, terminé por disolver el suspenso inicial hacia un lugar más convencional.
Película intrigante que gana espacio cuando sugiere más que cuando revela, “El niño” muestra que se puede seguir haciendo cine de género con ideas simples y claras.
Puntaje: 6/10