El salto desde una sala de teatro al cine muchas veces le queda grande a una obra que no sabe cómo transmitir con entereza su historia, pero en el caso de la tragicomedia de Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte el traspaso le sienta muy bien. Su trabajo conjunto involucra un encadenado de situaciones equívocas que empiezan con una pregunta clásica e inevitable -¿qué nombre le pondrás a tu hijo?- y degenera en todo un análisis de la amistad, la familia, la confianza y los secretos.
En Le Prénom vemos como un grupo de cinco amigos -los hermanos Élisabeth y Vincent, sus respectivas parejas Pierre y Anna, y el amigo soltero Claude- se reúnen para una cena que poco y nada tendrá de idílica, cuando Vincent decida anunciar el escandaloso nombre que le pondrá a su primogénito. Una respuesta que en otra situación provocaría comentarios al pasar y un cierre natural, genera entre el futuro padre y su culto amigo de la infancia Pierre un debate candente que arrastra a todos los presentes a sacar poco a poco todos sus trapitos al sol, a veces de manera muy cómica y en otras hundiéndose poco a poco en el territorio del drama.
El guión de La Patelliére y Delaporte contiene diálogos afilados, que pasan de los chistes más burdos a las discusiones más inteligentes con una fluidez pasmosa que le otorga a su elenco bastante margen para dimensionar a sus personajes. Como sucede con la mayoría de las comedias francesas hay sutileza suficiente, pero eso tampoco implica que se dejen de lado esos momentos en los que los gritos prevalecen por sobre la calma y el torbellino de emociones se hace escuchar con claridad. Cada personaje tiene su momento de gloria, aquel en que se quita la careta y es él mismo, en el que se deja ver tal cual es: un retorcido e irritante Pierre, un cobarde y complaciente Claude, o un narcisista Vincent dejan en buen lugar a Élizabeth y Anna, que saben estar en su sitio aunque también tienen su genio, sobre todo el último monólogo de la explosiva Valérie Benguigui, la abnegada esposa que se reivindica tras una vida de maltrato familiar solapado.
Le Prénom es una pequeña película que se ve con gusto y que entretiene, que transita sobre un ágil guión de enredos sobre cuatro interpretaciones que resultan decisivas para dar frescura a sus simpáticos personajes. Hay rencillas, equívocos y prejuicios lanzados como dardos que hieren en lo más íntimo, pero al fin y al cabo, en qué familia no hay algún que otro secreto, alguna que otra afrenta silenciada, alguna que otra palabra dicha a destiempo. Y, a la hora de la verdad, ahí están todos para poner el verdadero nombre al infante que nace.