Dios existe y vive en Bruselas.
Sentado en su computadora, diseñó el mundo y probó habitarlo con varias criaturas hasta que finalmente se decidió por los humanos porque resultaron más interesantes de manipular y torturar para su propia diversión. Ese es el Génesis según su pequeña hija Ea, para quien dios no es más que el sádico tirano que la mantiene encerrada en su hogar donde la maltrata tanto a ella como a su madre. Cansada de soportarlo e inspirada por la rebeldía del hermano mayor que huyó hace tiempo, Ea decide bajar al mundo de los humanos para reclutar a sus propios discípulos y escribir un Nuevo Nuevo Testamento que pueda convertir el mundo en algo mejor. Pero para poder tener éxito en su misión, antes necesita despabilar al mundo y quitarle poder a su padre, para lo que se infiltra en su oficina y le bloquea la computadora no sin antes enviar un mensaje de texto a cada humano con la fecha exacta de su muerte.
Deus ex machina:
El mundo se tambalea ante el filtrado de una información que repercute en cada persona de forma diferente mientras Ea explora la ciudad en busca de sus seis elegidos y su padre, furioso pero despojado de todo poder sin su computadora, se lanza de cabeza a una ciega cacería sin considerar que al entrar al mundo comenzarán a aplicársele las mismas reglas que estableció para torturar a los humanos. Uno por uno, la hija de dios irá encontrando a los nuevos discípulos, cada uno de ellos dañado a su modo e incapaz de alcanzar la vida que desea tener o incluso de atreverse a cuestionar la que tiene. Pero fueron elegidos por ella porque les basta par de palabras precisas o un sueño personalemente diseñado para ponerse en movimiento hacia el cambio necesario y Ea no espera de ellos mucho más que eso, porque el Nuevísimo Testamento no será sobre deidades sino sobre gente común que atreviéndose a pequeños cambios ponga a rodar una bola de nieve que arrastre a otros. Y si por momentos parece que la historia es poco clara o que no va a ningún lado tiene que ver justamente con esto, lo que importa realmente son los personajes y cada una de sus pequeñas vidas porque si el viejo libro enseña a aceptar las penurias como una preparación para el después, una de las grandes enseñanzas que Ea quiere incluir en su nueva versión es que el final es mucho menos importante que el camino. Algunos deberán replantearse sus estándares de belleza o su propia identidad, mientras otros de sus seguidores se verán empujados por los pequeños milagros de la niña a reconsiderar lo que significa amar o simplemente abandonar la seguridad de la rutina para dejarse llevar por un camino desconocido. Para muchos, la muerte es un fuerte recordatorio de que están vivos, pero también que necesitan hacer algo más con eso.
Por mas que fueron siendo modificados, los evangelios ya tienen siglos de antigüedad, el mundo no es el mismo que cuando fueron escritos y la gente que lo habita cambió mucho en ese tiempo. Ea representa ese cambio, ese despertar a otra espiritualidad y otras formas menos canónicas de buscar la felicidad que admiten que no signifique lo mismo para todos ni que exista una receta infalible para alcanzarla. El guión es simple pero fluido y aunque algunas acciones pueden parecer poco justificadas en general se pasan por alto porque buscan apelar a lo emocional mas que a mostrar una relación de causas y efectos, apoyándose bastante en la imagen y una propuesta estética onírica pero contenida que ayuda a llenar los huecos de lo no dicho. Quizás justamente por ese foco en lo visual más que en el diálogo es que varios de los intérpretes no tienen realmente oportunidad de brillar, pero la joven protagonista logra generar empatía desde un principio, convenciendo con ternura que tiene una misión sincera que no se queda en una simple rebelión de pre adolescente caprichosa contra su padre, quien a su vez nos dá motivos para despreciarlo en varios de los momentos más cómicos de la película.
Conclusión:
Como suele suceder con el realismo mágico, El Nuevísimo Testamento es mucho mas profunda de lo que pueden anticipar algunas imágenes que a simple vista pueden dar a entender que se trata de una comedia absurda o liviana. Aunque tiene una buena carga de humor ácido, es utilizado de forma crítica para reflexionar sobre nuestro tiempo en la tierra y lo que hacemos con él.