DIOS ES MUJER
El nuevísimo testamento es un film que propone una historia que podría tildarse de algo infantil pero que en realidad plantea un interesante ejercicio de reflexión sobre la vida humana, la necesidad de las creencias religiosas y la forma de vivir nuestra efímera existencia. La historia que se presenta es la de Ea, hija de Dios, hermana de “J.C”, quien cansada de los maltratos de su padre y de cómo este se burla y juega con el destino de todos los humanos, decide rebelarse contra él huyendo de su casa y revelando a todos los hombres el tiempo de vida que les queda. Interesante paradoja existencial. ¿Qué harías si supieras el tiempo que te queda por vivir? Múltiples son las respuestas que la película aborda, las cuales van surgiendo a medida que la acción dramática se centra en la búsqueda por parte de Ea de seis nuevos apóstoles, ya que como su hermano “J.C” se lo reveló, dieciocho es mejor que doce. En esta búsqueda, la pequeña niña transforma la vida de estos seres, quienes, al dar testimonio en el nuevísimo testamento, abordan de forma reflexiva el tiempo de vida que han vivido, el que han malgastado y el que aún les queda por vivir, ensalzando el deseo de concretar sus verdaderos anhelos.
Este film belga es entretenido y bello desde lo visual, lo narrativo y desde el trabajo de los actores. Con una gran influencia del francés Jean-Pierre Jeunet en su famosísima Amelie (2001), la película presenta la historia mitad relatada por un narrador omnipresente, mitad visualizada materialmente en el devenir de los hechos. Además, la puesta en escena, los colores, los encuadres en sí mismos, el trabajo con la cámara y el hermoso personaje de Ea, nos remiten al periplo de la heroína Amelie, quien busca concretar su deseo en este mundo al que parece no pertenecer. Destacable es también la banda sonora, con canciones tan bellas como las tomas artísticas que abundan.
Sin revelar nada más, se tendrá que ver la película a fin de poder adherir o no a los postulados implícitos que la misma propone mientras expone entre líneas una gran crítica a la intervención cotidiana de la tecnología en nuestras vidas, la idea del destino, la voluntad de poder (planteada desde lo niesztchiano) y hasta qué punto tenemos control sobre nuestras vidas, aunque de ser así no es sólo percibir ese empoderamiento sino reflexionar para qué lo usamos, ya que vivir no es sólo existir: se trata también de disfrutar el viaje.