Nada nuevo bajo el ala de George.
Con gran presencia, el americano no es otro que George Clooney, la estrella de porte, fachero, que moviliza la atracción de cuanta dama de abarcativo rango de edad y, a mí en particular por esos riquísimos Nespresso que publicita. Este, decidió vincularse a un nuevo proyecto que en fin, no es nada nuevo en su carrera, un film muy cuidado en estética, sobrio y con una pronta distante visión sobre un pueblo rural italiano.
Hablaré de El Americano, ya que me resulta tedioso el título que aquí se ha escogido para titular el largo (El Ocaso de un Asesino).
El Americano, no es más que un gran efecto licuadora entre dos títulos en los que casualmente George tambien ha estado involucrado: Michael Clayton y Amor Sin Escalas (otra elección horrorosa de traducción para Up in the Air).
Anton Corbijn, director de videoclips y ópera prima Control, primer film exhibido en Argentina con tecnología de transmisión desde un server en otro país, intenta recrear un western urbano, con la mención a Erase una Vez en el Oeste del rey del spaghetti Sergio Leone, pero las locaciones en Italia, específicamente Abruzo, carecen de la polvareda, ese sol que quema las pestañas de los cowboys, la ciudad es demasiado fría.
Este thriller está en gran parte muy alejado de poder integrarse dentro del género de acción, ya que ésta es escasa, la trama gira más en torno al misterio de quien está queriendo asesinar al Mr.Butterfly compuesto por Clooney, un asesino a sueldo casi retirado que a su vez reforma armas para otros con su mismo quehacer, misiones desconocidas, otros asesinos a sueldo con encargos de liquidarlo, pero siempre contando con la incógnita del por qué, a libre interpretación del espectador quien debe asimilar como plazca ciertos acontecimientos, el resultado en éste sentido es el de esos films que alejan, no integran, ni terminan lograr ser lo suficientemente atrayentes para el espectador.
Como para brindar un vuelco sentimental a la historia, Butterfly, por más que haya sido aconsejado de no generar amigos ni hablar con nadie, presenta un interés en una prostituta con quien establece una relación ambigua, fría y temperamental, la belleza es Violante Placido, quien brinda ese condimento extra como en los típicos films donde un extranjero termina enganchándose con la voluptuosa nativa de la ciudad foránea que le tocó visitar.
La fotografía del film es realmente algo a tener en consideración, de esos films donde uno destaca que “Italia nunca se vió tan bella”.