De Alejo Hoijman, es un muy interesante documental sobre dos adolescentes que viven en un pueblo costero de Nicaragua: el paso de los chicos a la adultez, la contaminación de su cultura con teléfonos y plasmas y la ambición de tenerlos. Incertidumbre de su futuro, la pesca ya no es rentable y quizás el narcotráfico como única salida laboral. Intensa, fresca y dramática al mismo tiempo.