Cuando la cartelera se nos iba quedando lejos de la familia, llegó un nuevo lanzamiento de Dreamworks de manera de frenar la sequía de títulos dedicados al gran público. “El origen de los guardianes”, se enmarca dentro de las tradicionales historias a las que el cine de género nos tiene acostumbrados: la lucha entre el bien y el mal, con estereotipos bien definidos, y un conflicto que crece en tanto el público se identifique con él.
En este caso en particular, siendo que pude ver la película en sala con niños, les digo, cuesta generar ese vínculo. Tal vez sea que el espíritu de la propuesta, (sobre todo el que emana un protagonista poco conocido por estas tierras, como ícono popular, hablamos), esté más cercana a las audiencias anglosajonas que latinas. No es un tema menor, sentí que la historia es un poco alejada a nuestro enfoque cultural y ese ruido que posee, la hace menos disfrutable y árida, de alguna manera, para el espectador atento y ávido, de cualquier edad.
A ver, “Rise of the Guardians”, es la historia de la integración de Jack Frost , un personaje extraño (si me perdonan, es así!), un niño / adolescente (invisible y con mucha magia) al grupo de "los guardianes". Quién son ellos? Un grupo de protectores famosos, en el mundo del hemisferio norte: Santa Claus (aquí con otro nombre), Bunny (el Conejo de Pascua), Sandman (acá empiezan los problemas, un ser que cuida los sueños de los chicos y que es todo dorado) y el Hada de los Dientes (la que te trae dinero a cambio de los dientes que se le caen a los niños), en una situación de desesperación: hay un malvado de turno que amenaza con hacerlos desaparecer de la percepción de los niños de todo el mundo...
Pitch Black, el villano, es una especie de "cuco", que utilizando sus artes oscuras, intentará desterrar el poder benéfico de los guardianes y sumir a los niños en el miedo y las pesadillas (se ve que estudio con Freddy Kruger). Volviendo a la trama, Jack es convocado por los otros guardianes para enfrentar al malo de turno. Claro, que él, tiene sus dudas acerca de la conveniencia de unirse o no al grupo. Arrastra un fuerte trauma, a pesar de poder interactuar en el mundo real, los chicos no creen en su presencia y no lo ven, lo cual afecta seriamente su autoestima.
La película nos muestra los vaivenes de la lucha y la relación de los guardianes con un grupo de niños del vecindarios que funcionan como grupo de referencia.
En líneas generales, los aspectos técnicos del film que dirige Peter Ramsey, son casi sobresalientes. En 3D, la película estalla en pantalla, literalmente. La animación se destaca y los gags y persecusión lucen precisas y convincentes, siendo uno de los puntos altos de la propuesta. El tema a resolver es la llegada de los personajes al universo del espectador. Los guardianes son un grupo especial, pero alguno de ellos son desconocidos para nuestro público. Eso le resta puntos a la propuesta, porque los peques de la sala, mucho no comulgan son Sandman, por ejemplo. Lo mismo sucede con Jack Frost. Falta carisma, para mí.
Y el guión es un poco extenso y complejo para niños: está bien que la historia tiene sus vueltas, pero a veces en ese sentido, la naturaleza de los eventos toca temas fuertes como la identidad, el trabajo en grupo y las angustias infantiles y no pasan desapercibidos emocionalmente desde la butaca. Tampoco sentí mucho humor, como espectador adulto, cosa que sí me pasó con otros títulos de Dreamworks.
En síntesis, un film correcto, de excelente factura desde lo visual y una temática que no es tan directa como parece desde los afiches de prensa, sobre todo si los chicos son menores de 7 años. Aprobada aunque sigo que la elección anglosajona en la constitución de los referentes de la peli le puede jugar en contra a la hora de convocar en el público latino.