El Origen (un título muy liberal que no tiene nada que ver con Implante, la traducción literal del original Inception y que hubiera quedado mucho mejor) es el nuevo filme de Christopher Nolan, el director estrella de Hollywood que ha revivido la franquicia de Batman tras Batman Comienza y Batman, el Caballero de la Noche. Pero antes de que Nolan se metiera con los superhéroes, el director había demostrado un interés obsesivo con los recuerdos, la memoria y las identidades alternativas. La obra que llamó la atención internacional sobre Nolan fue la excepcional Memento (2001) - en donde el protagonista tenía memoria de corto plazo -, y luego siguió con Insomnia, Noches Blancas (2002) en donde un desvelado Al Pacino era incapaz de diferenciar lo que era real de lo que era alucinación. Incluso El Gran Truco (2006) - otro filme de autoría intelectual de Nolan - trata sobre personalidades desdobladas. Por ello es que Inception se siente como una obra de Nolan de pura cepa, en donde el director retoma su pasión sobre la temática de la percepción de la realidad y la memoria.
En sí, El Origen se podría definir como Misión Imposible encuentra a Matrix. Acá hay un ladrón de ideas que se conecta a la mente de sus víctimas para extraer recuerdos y secretos. Para ello, víctima y victimario entran en un sueño inducido químicamente y permanecen conectados a un aparato en donde reside un mundo previamente elaborado por un "arquitecto del sueño", que básicamente es un esquema construido de manera familiar a los recuerdos de la víctima y en donde éste se desenvuelve sin percibir la diferencia con la auténtica realidad. Esa estructura es bastante abierta - la víctima termina de construirla de manera inconsciente - y tiene características sicológicas y oníricas. Por ejemplo, los individuos que la habitan son avatares del inconsciente de la víctima y hacen las veces de anticuerpos; los secretos están guardados en elementos representativos de alta seguridad - cajas fuertes, fortalezas -; y las leyes de la física pueden doblarse a voluntad (que es el elemento matrixiano de la fórmula). Por su parte hay toda una serie de reglas propias de este universo: la muerte involucra el despertar inmediato del soñador si está en un nivel primario del sueño... pero aquí es posible soñar dentro del mismo sueño (como si fuera un esquema de cajas chinas) y ello aumenta el peligro de la misión. Una muerte en un nivel profundo puede implicar quedar atrapado en una especie de limbo, del cual puede llevar años despertar. A su vez los tiempos corren de otra manera: en el primer nivel de sueño los minutos reales se transforman en semanas, en el nivel siguiente son meses... y así sucesivamente.
En un principio el ingreso del espectador a este complejo universo de ideas y reglas es bastante chocante, ya que Nolan no espera a la gente y en menos de cinco minutos pasamos por varios niveles del sueño. Luego el film empieza a tomarse su tiempo, y a través de un tour guiado por Leonardo DiCaprio y Ellen Page aprendemos la gran mayoría de las reglas del juego. Y, durante el 80% del filme, El Origen va sobre ruedas, con una historia apasionante y entendible. Tal como en Misión Imposible DiCaprio recluta gente, elabora un complejo plan, las cosas no siempre salen como es debido (la dichosa Ley de Murphy entra a jugar a pleno), y hay que improvisar sobre la marcha. Por su parte está la subtrama de la fallecida esposa de DiCaprio, la que aparece como invitada no deseada en cada una de las misiones del protagonista. Al parecer el inconsciente de nuestro héroe le está pasando factura por algo, y el guión se encarga de ir develándolo poco a poco.
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Una vez terminado el plan y la explicación de las reglas del universo, pasamos a la operación, en donde Inception corre carriles similares a Matrix. Una cosa que es destacable es que la concreción del plan es mucho más simple que todo el complejo set de reglas que el filme había venido explicando hasta ese momento. Para que la idea a implantar penetre de manera profunda, DiCaprio elabora un complejo esquema de varios niveles de "sueño dentro del sueño", que va desde una ciudad standard hasta una fortaleza en medio de las montañas heladas al mejor estilo de Al Servicio Secreto de Su Majestad (que Nolan ha admitido más de una vez como una de sus películas favoritas, y que aquí le rinde un extenso homenaje), en donde el tiempo corre de manera cada vez más lenta, y la física se ve afectada por los sucesos que pasen en los niveles superiores del sueño. Si en el nivel uno hay una caída libre, en el nivel dos se vive un ambiente de gravedad cero, lo que da lugar a unos combates espectaculares en corredores que giran alrededor de los protagonistas. Lo que el libreto jamás se preocupa de explicar es por qué esa gravedad cero no afecta el nivel tres de sueño, en donde todos juegan a ser James Bond asaltando una fortaleza alpina.
Y es precisamente en ese punto del filme en donde El Origen comienza a desarmarse, introduciendo cambios de último momento a las reglas de este universo, amén de meter un par de Deux Ex Machinas. (alerta: spoilers). Empiezan a pasar varias cosas que chocan con la lógica interna del relato. La droga que utilizan no afecta los oidos, por lo que los sonidos y el sentido del equilibrio afectan al sueño... pero todo el ruido de los disparos no despierta a la gente en otros niveles (aunque sí pueden escuchar una canción francesa). La gravedad cero parece llegar sólo al nivel dos, y no al nivel tres en donde todos están en plena balacera en medio de los Alpes. Cuando Cillian Murphy es asesinado, resulta que puede revivirse si se llega al nivel cuatro (el limbo), que debería ser un lugar en donde uno no puede salir en años... pero esta gente entra y sale como pancho por su casa. El rescate de toda la gente del nivel cuatro es estúpido, cuando no traído de los pelos (especialmente porque hasta ese entonces estábamos en el subconsciente de Cillian Murphy y de pronto pasamos al nivel 4 limbo de la mente de Leonardo DiCaprio, que teóricamente es un lugar que uno demora años en salir). A esto se suma el hecho de que la mente de DiCaprio es la única que inserta personajes extraños en la historia onírica en cada momento (¿por qué no aparece la madre de Tom Hardy o el ratón Mickey como avatar onírico de Ken Watanabe, por poner un ejemplo?). Algo similar pasa con el esquema de bombas con detonadores (que genera acción en pantalla, pero no tiene nada que ver con este universo: ¿no es que ellos sólo se pueden despertar cuando Dileep Rao les ponga música o los empape en el nivel uno?). Y aún cuando Murphy es revivido, el concepto de la idea implantada que expone el filme no termina por sonar convincente. En el final la película intenta redimir el desprolijo climax y el manoseo de las reglas con una conclusión ambigua (¿DiCaprio se despertó o sigue soñando?), pero que no logra compensar las fallas de último momento (fin: spoilers).
Si se quiere, El Origen es 80% de una obra maestra arruinada por un desprolijo último acto. Nolan debería haber ampliado el tema y las reglas del limbo en los minutos anteriores, o bien debería haberle dado una profunda pulida al último capítulo. El concepto es brillante, las actuaciones notables, la dirección excelente ... pero hay olor a trampa de último momento y eso empaña los quilates de la obra. Eso no quita de que tenga cualidades memorables, pero no es un clásico redondo como debería haber sido.