Una historia violenta
El otro hermano es el nuevo film de Israel Adrian Caetano, un realizador argentino que ya en producciones anteriores nos mostró que no le teme al grotesco, más si viene acompañado con una trama policial, que en apariencia ocuparía un segundo lugar en la película, pero es lo que de verdad se viene cocinando mientras uno se distrae con otros elementos.
Mucho de esto tiene esta película, dado que por varios momentos del film nos reiremos con lo absurdo y casi inverosímiles que son algunas situaciones, pero sobre todo, con determinados personajes, como por ejemplo el de Duarte, interpretado a la perfección por Leonardo Sbaraglia.
Que toda esta parte que roza casi la caricatura del argentino ventajero y estafador funcione, es en gran parte por la dupla protagónica compuesta por el ya nombrado Sbaraglia y por Daniel Hendler. Del primero ya dijimos que se devora la película, y hace funcionar toda la trama a base de mentir y traicionar gente. Daniel Hendler, pese a que se vuelve a repetir en el rol de persona común y corriente casi perdedora, es un personaje que le sale de memoria y que en esta ocasión se complementa con mucha química con Sbaraglia, dando ganas de volver a verlos juntos en el cine.
Quizás donde falla principalmente El otro hermano, es cuando pasamos de la comedia grotesca al caso policial en sí; ya que en determinado momento la trama parece estancarse, y uno como espectador no sabe cómo terminará la película, pero no en el sentido sorpresivo del término, y ahí es cuando el guion de Carlos Busqued (también autor de la novela) parece que recurriera de forma forzosa a una resolución más de policial mezclado con western urbano que a aquello que se venía contando.
De todas formas El otro hermano es una película muy divertida, bastante sobre la media que da el cine argentino con respecto a comedias, y que cuenta con una dupla de actores principales que pide a gritos volver a trabajar juntos. Pese a algún estancamiento o laguna argumental, uno como espectador va a salir contento del cine al haber visto algo que no todos los días puede verse en cuanto a films no yanquis.