Basada en la muy negra Bajo este sol tremendo, novela corta de Carlos Busqued que dio que hablar, este thriller narra la historia de la llegada de Certati (el uruguayo Daniel Hendler, en un rol distinto y con varios quilos de más) al pueblo de Lapachito, para reconocer, y cobrar el seguro, por el asesinato de su madre y hermano, a quienes no veía nunca y por quienes tampoco parece sentir afecto alguno. Llega en su Fiat, destartalado como su aspecto, y y parece un tipo que no tiene mucho que hacer en la vida, excepto fumar porro y ver documentales de insectos en la tv trasnochada, aunque ese aspecto, muy presente en la novela, apenas se menciona en el film.
En Lapachito las cosas las maneja Duarte, un policía siniestro interpretado por Leonardo Sbaraglia (premiado en el festival de Málaga por este trabajo), en la línea del otro policía corrupto, de otro thriller argentino reciente, que compuso Oscar Martínez en Koblic. Duarte tiene un ayudante, que es medio hermano de Certati: su madre (Ángela Molina) era esposa de Molina, el asesino de la familia de Certati, que se suicidó. Una complejidad que la endogamia del pueblo chico explica sin sorpresas, y una promiscuidad cargada de tensión y sordidez. La novela de Busqued, un buen ejercicio, aunque no memorable, de narrativa de género, incluía un catálogo de sordidez y negrura que impresionaba. La adaptación de Caetano y Nora Mazzitelli parece sumar truculencia, y por momentos pasarse de la raya, al punto que algunos toques gore se sienten hasta risibles. Es la dirección y encuadre -así figura en los créditos- de Caetano, y el trabajo de sus actores, lo que dejará a El otro hermano como un notable nuevo ejemplo -otro firmado por el director de Un oso rojo y Crónica de una fuga- de que el policial negro sigue manteniendo en el cine argentino una fuerza y un poder de convicción notables. La garra charrúa de Caetano puede más que el desarrollo de lo que pone en imagen, algo abigarrado de negrura (para que te hagas una idea, mucha pala, tierra y cremación). Con su pulso narrativo y sus personajes en contrapicado, El otro hermano se convierte en un western, oscuro y subyugante.